martes, agosto 22, 2006

Agosto en Madrid

La empleada de Correos me pregunta si soy actor. Es una buena pregunta y por un momento estoy pensando en contestar que sí. De algún modo, esa respuesta me convertiría en actor y así entraríamos en una especie de ciclo "Epiménides, el cretense".

Sin embargo, digo que no, que soy periodista y que voy a ir al Festival de San Sebastián acreditado. A la empleada de Correos le gustan más los periodistas que los actores, así que dice que "por ser tú" me va a cobrar menos. De hecho, le gustan más los periodistas modestos que los poderosos y matiza que "si fueras Mariñas también te cobraría más".

Agosto en Madrid, un poco menos de calor y una cómoda sensación de sentirse en casa.

Pero la pregunta sigue ahí, y toda buena pregunta consiste en abrir posibilidades. Pienso en que quizás cuando actúo, es decir, cuando seduzco, es decir, cuando miento, es, a su vez, cuando mejor escribo y que, si voy a escribir un libro este año, tiene toda la pinta de que voy a pasarme mintiendo gran parte de los siguientes doce meses.

Lo cual, supongo, me convierte en una amenaza mayor. Especialmente para los funcionarios.