viernes, septiembre 08, 2006

United 93

Claro, pero es que yo sí que creo que fue Al Qaeda quien estrelló los aviones en las Torres Gemelas y no la CIA o el propio Bush para aumentar su popularidad, y creo que hubo un avión que se lanzó contra el Pentágono con poca puntería, e incluso considero que el número de víctimas en los atentados tuvo que ser mucho mayor del que han reconocido, quizás por una cuestión de orgullo, para mitigar la euforia de los terroristas...

Así que, con todos estos antecedentes, es normal que crea también que es posible que un grupo de pasajeros, seguros de que, en cualquier caso iban a morir estrellados contra cualquier edificio de cualquier ciudad, decidieran rebelarse con extintores y cuchillos de plástico contra los secuestradores. De hecho, no me parece nada inverosímil. Si uno tiene en cuenta las "poderosas" armas de los terroristas y su número con respecto al de los secuestrados, está claro que el éxito de los atentados tuvo mucho que ver con el miedo de los pasajeros y, sobre todo, con el factor sorpresa.

Nadie se esperaba que eso fuera a suceder. Volverían al aeropuerto y pagarían un rescate. Quizás alguno de ellos moriría, pero la muerte es algo que siempre le sucede a los otros.

Salvo los pasajeros del United 93, alertados por móvil, por circuito interno, por evidencias del propio secuestro, de que no habría negociación al final del túnel y lo único que quedaba era rabia y orgullo, que diría Fallaci y, por lo menos, elegir su propia muerte.

Quizás no sea una gran película, pero parece el germen de un gran documental ficcionado de todo aquel día y uno sale del cine con ganas de escribir aquel relato del "Crew" con Dani Pacios y Ana Paniagua viendo edificios derrumbarse y llamando por el móvil a ex-novias, hermanos, madres, amigos... en un estado entre la conmoción y el morbo.

Aunque, he de advertirles: si la teoría de la conspiración es uno de sus pasatiempos favoritos, honestamente no pierda el tiempo viéndola. Pasará un mal rato.