viernes, noviembre 17, 2006

Federer-Nadal, episodio VI


No creo que ninguno de los dos pudiera soñar con un mejor final de temporada. Federer y Nadal se enfrentarán mañana en las semifinales del Masters de Shanghai y ambos tienen buenas razones para celebrarlo.

Vayamos por partes:

- Nadal, es obvio, salvaría un final oscuro de temporada volviendo a vencer al número uno por séptima vez en nueve partidos. Su juego ha ido mejorando y ya no es tan defensivo como antes. Ante Blake le faltó confianza, aplastó a Robredo y fue mejor que Davydenko cuando contaba. Curiosamente, el ruso ganó más puntos que el español, pero perdió los decisivos.

Si Nadal ganara a Federer, no sólo sumaría puntos suficientes como para considerarle un aspirante legítimo al número uno a lo largo de 2007 sino que llenaría al suizo de dudas. De aún más dudas... Mucho que ganar, muy poco que perder.

- Federer, efectivamente, se juega mucho más. Ahora bien, es lo que necesita. Lo ha ganado prácticamente todo. En todo el año ha perdido sólo un partido ante un jugador que no fuera Nadal. El balance, en concreto, es 89-1. No tiene nada más que demostrar en ese sentido.

Su campaña podría considerarse una de las mejores de la historia -la mejor, incluso, pese a no ganar Roland Garros- si ganara el Masters, pero siempre iba a quedar la duda de Nadal. Ganar en Shanghai después de haber derrotado al manacorí sería la guinda del pastel, la máxima expresión del dominio absoluto.

Para Federer no habrá término medio: su derrota sería un cataclismo mental, su victoria sería una apoteosis. Eso libera mucho a Nadal, desde luego. A pesar de mis conocidas simpatías, me cuesta elegir un favorito.

Eso sí, el partido merecerá mucho la pena. Como para pasar a la Historia.