sábado, diciembre 09, 2006

Proceso de negociación con ETA

Un proceso de negociación no es un proceso de paz, pero tampoco es necesariamente un proceso de rendición. Ambas definiciones son exageradas, ejercicios de voluntarismo político. La pregunta sobre si se debería negociar con una banda terrorista tiene algo de absurdo, también. "Negociar" es una expresión polisémica, nos guste o no.

No es lo mismo cambiar una Constitución que acercar presos, y ambas cosas son, en rigor, fruto de una negociación.

El problema, y es un problema de raíz, es que "banda terrorista", aquí, tiene un solo referente y ese referente es el mismo desde hace años y mantiene las mismas pretensiones y lo que algunos no hemos entendido en ningún momento es ese afán del Gobierno por intentar cambiarles antes de que ellos mismos cambien y hablar de Otegi como "hombre de paz" y de De Juana Txaos como "hombre afín al proceso".

La excusa del "y tú más" es absurda también. Por supuesto, parte del PP se opone al proceso por una cuestión electoral, nadie es tan ingenuo. Eso no quita para que otra buena parte, y con ella un gran número de ciudadanos, defiendan que, precisamente, el fracaso del 98-99 les legitima para avisar de que es un camino sin salida.

Es decir, y aquí si vale la exageración, que la paz, en el fondo, tal y como lo entienden los terroristas, sólo se consigue mediante la rendición. O, lo que es lo mismo, que los malos siguen siendo malos. Lástima que el PSE haya tardado tanto en darse cuenta y explicárnoslo.