jueves, enero 04, 2007

Acordes y desacuerdos

El autobús y sus infinitas posibilidades. Una pareja de veinteañeros que discute en voz alta frente a la puerta, impidiendo a los viajeros bajar. Hablan de tipos de interés y él se cree muy listo. Ella cree que él se cree muy listo. "Así que todo el mundo me dice una cosa y tú otra pero te tengo que creer a ti".

Van trasladando su discusión de punta a punta del autobús, según se mueve la marea de pasajeros y acaban juntos en dos asientos contiguos, haciéndose carantoñas y dándose besos. Ah, el amor...!
Ayer, la bronca fue distinta. Fue una cuestión de carrito de bebé mal colocado. El autobús paró y la madre, con toda la pachorra, sacó al niño del carrito, se lo dio a la abuela, empezó a doblar tranquilamente el carrito... El conductor protestó y la mujer contra-protestó y un señor contra-contra-protestó y al final todos nos bajamos en la misma parada y, hasta donde yo sé, no hubo víctimas.

En Cibeles hay un escenario enorme y por los altavoces suena la voz de una chica, al estilo "Circo del Sol", una voz casi gutural, que combina agudos y graves prolongados, que envuelve toda la plaza, que convierte Madrid, a las 2 de la tarde, en una película de ciencia ficción, en un decorado imposible.

Leer tranquilamente a Bolaño cada día está más complicado.