sábado, septiembre 01, 2007

Death Proof



Ser gamberro tiene sus grados. Uno puede escandalizar a los burgueses y sin embargo quedar escandalizado ante cualquier matón de barrio. Si el proyecto Grindhouse pretende ser una gamberrada, hay que reconocer que Quentin Tarantino se queda muy corto, por lo menos frente a Robert Rodríguez.

Creo que la diferencia es obvia: Tarantino tiene unas fuentes, un modelo, hace el trabajo artesano de recrear lo que vivió de pequeño. Rodríguez, no. Rodríguez es un gamberro por generación espontánea. No necesita carteles de películas españolas de los 70 -Charo López y Juan Luis Galiardo aparecen detrás de las protagonistas en una de las escenas de "Death Proof"- porque no tiene ni idea de las películas españolas de los 70.

Le gustan los zombies y las go-gos, eso es todo. Se deja llevar.

"Death Proof", sin embargo, se maneja con algo de torpeza. Incluso en el metraje: demasiado largo para lo que debería contar, demasiado corto para lo que parece que Tarantino quería contar, como si necesitara otra vez dos partes para contar la historia. De hecho, la película podría reducirse a la brillantísima primera hora y tendría sentido por sí misma: la presentación del personaje de Kurt Russell, una fantástica ambientación tejana y esa mezcla de violencia e ingenio que siempre hay en Tarantino.

La segunda hora, sinceramente, se hace eterna. Totalmente falta de ritmo. Personajes poco interesantes, una historia insuficiente y veinte-treinta minutos de diálogos repetitivos. Como si fuera otra película que acaba de repente por la mitad. Por supuesto tenemos coches y persecuciones y Zoë Bell -porque esta parte sólo pretende ser un homenaje a Zoë Bell, la doble de las escenas de coche de Uma Thurman en "Kill Bill"-, pero llegan tarde. El compás se ha perdido.

Hay guiños y complicidades, pero como gamberrada queda demasiado palaciega. Considero a Tarantino mucho mejor director que Rodríguez, pero si alguien tiene que ser el chico malo del barrio, mejor quedarse con el creador de "Machete". No decepciona.