lunes, marzo 31, 2008

Una copa con... Unacopacon...

Curioso que acabe la noche del sábado -la noche más corta del año- cenando una hamburguesa a las tres y media de la mañana y cantando con Carolina canciones de Astrud e Hydrogenesse. Extraño, digo, porque yo a esa hora de los sábados suelo estar bailando Arcade Fire y los demás compañeros de mesa -los chicos de "Unacopacon..."- son manifiestamente sabineros y odian a Astrud a muerte.

Pero las noches madrileñas son así, incluso las más cortas. Completamente imprevisibles.

Es un sitio al que nos ha llevado Rous y que no conozco aunque esté en pleno Malasaña. Red Bar, se llama, y está lleno de gente cenando y jugando partidas de cartas o Trivials o cosas así, al estilo Café Manuela. Yo vengo del Colonial, de estar con Álida, Fer e Irene. Ellos vienen de Libertad, 8, del concierto de Manuel García, con mi tío Pancho. No se ponen de acuerdo. A algunos les ha encantado, a otros les ha aburrido bastante. Demasiado rollo Víctor Jara, dicen.

Estoy agotado. Del trabajo y de los excesos del viernes, los tradicionales excesos del viernes.

Estos chicos están en Madrid para entrevistar a tres artistas de presente y futuro: Cristina Narea, Pablo Ager y Julia Molano (Emite Poqito). Quedé con ellos a las ocho, en "El bandido doblemente armado" pero estaban entrevistando a Cristina, mientras Pablo y Julia charlaban, haciendo tiempo, en otra mesa. Me uní a ellos, pedimos unas cervezas, comimos unas pipas y nos fuimos a los "Diablos azules", el bar de Lena.

Allí entrevistaron a Pablo entre los seis y a Julia en uno para uno. Aún no sé por qué. No creo que nadie sepa por qué. Sonia me regaló su libro, "Planeta de poliuretano" y yo le regalé el mío a Rous. Aparte, nos convidamos a sonrisas, abrazos y elogios. No sentí demasiado la diferencia entre jugar fuera y en casa. Es más, diría que cuando juego fuera le echo más ganas y en casa... pues me acomodo.

Pero, al final es ese: las cuatro de la mañana y la hamburguesa repitiendo en el estómago. Nos da un poco igual la ciudad que sea. Madrid, Barcelona o Zaragoza. El final, ya digo, es ese.