Con una conexión Wi-Fi extraña que no sé cómo he pillado desde casa -me dejé el módem Vodafone en casa de mi madre-, con un montón de cajas a mi alrededor y un montón de cajas ya cerradas, libros en las estanterías, DVDs, CDs, el reloj de mi abuela sobre la mesa donde ahora irá la impresora que no sabré conectar.
Una compra rápida y probablemente inútil. Algunas visitas. Un extraño pudor por colocar cosas en sitios donde se pueden ver, porque aquí se puede ver todo. Vivir en mi cuarto antiguo, prácticamente, poco espacio más.
La televisión puesta todo el rato porque me hace compañía. Bajito, no quiero molestar a la vecina de al lado.
Vino el pintor e hizo lo que pudo. No fue demasiado. El calentador parece que funciona. Ahora, definitivamente, empieza algo nuevo. No puedo saber el qué. Si supiera el qué no sería nuevo.
Ah, la primera canción fue "Autocrítica", de Vetusta Morla.
8 de cada 10 personas que va a terapia se conformaría con tener el valor de
devolver los platos equivocados en los restaurantes
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Mirar a los ojos al camarero y decirle “perdón, te has confundido” cuando
efectivamente este se haya confundido es ya a lo único a lo que aspiran las
perso...
Hace 45 minutos