martes, septiembre 23, 2008

Super Cine Me (o el Día Internacional del Agua Mineral)

Caras largas esta mañana en el Kursaal. Ojeras y botellas de agua. Resaca. Ayer hubo fiesta de "El patio de mi cárcel". Fiesta elitista, de las de invitación y peleas para conseguir entrar. Emiliano, el director del festival de Medina del Campo y Victoria me consiguieron una in extremis. Yo, a cambio, les prometí mandar mi guión a su concurso.

Fiesta algo decepcionante, en cualquier caso. No ya por el sitio, inmejorable -playa de Zurriola, justo a nivel de mar- sino por un ambiente demasiado... en fin, "demasiado", ya me entienden. Incluso la adorable Natalia Mateo estaba desbordada, así que nos hicimos amiguitos.

Corren malos tiempos para los espectadores de este festival, no sólo para los periodistas resacosos. Emiliano insiste en que "Derrière moi" era insoportable, "Hunger" me irritó sobremanera, Rosales hizo que todo el mundo se saliera de su pase y "Gasolina", película guatemalteca incomprensible -en fondo y forma, había que seguir la acción por los subtítulos en inglés, imposible entenderles una palabra a esos chicos-, se llevó el honor de ser la primera peli que abandono a mitad de proyección.

Estuve pensando en ello mientras veía "Louise y Michel" por la mañana. Era la película 18. Pareciera que quiero impresionar a alguien con todo esto y no sé por qué. Nadie puede ver 18 películas en 5 días y disfrutarlas. ¿Y si no vas a disfrutar para qué vas al cine? Me recordé al protagonista de aquel documental, "Super Size Me", que comía alimentos del McDonald´s de manera ininterrumpida hasta que su vida corría peligro, todo para demostrar... ¿qué?

Por momentos, me siento igual, como si me estuvieran filmando y yo poco a poco fuera adelgazando, arrugándome, aumentando mis dolores y mi sueño, llegando al cansancio más absoluto a base de entrar y salir de cines y películas que, este año, rara vez dan la talla.

Así que aguanté cincuenta minutos de la patochada francesa -una idea muy hermanos Coen, pero que me resultó excesiva- y me fui. Y decidí que a partir de ahora no iba a batir récords sino a pasármelo bien. Así que me voy a cenar al puerto y prolongo mi estancia al domingo. El Festival para el hombre fue hecho y no el hombre para el Festival, como dijo alguien.

Mañana les cuento qué tal la de Fesser, de todas maneras...