viernes, diciembre 26, 2008

La ola (Die Welle)


La idea más fuerte de "La ola" es la que aparece en las declaraciones del director, Dennis Gansel, en la revista que reparten al entrar en los cines Princesa: "Yo soy de izquierdas pero me pregunto si no me hubiera fascinado el nacionalsocialismo".

Esa es la gran pregunta: ¿Qué es el fascismo? ¿Qué fue el nazismo? ¿Qué es, en definitiva, la autocracia? En mi opinión, y tal y como lo desarrolla Gansel, es sencillo: la autocracia es un sentimiento de pertenencia, de grupo, que acaba imponiendo su poder frente a los demás para servirse simplemente a sí mismos. Es acción directa. Es dictadura de un grupo o una persona con miras sólo a sus objetivos. Es fanatismo. Es violencia. Es odio.

Y además, es estética, es decir: himnos, banderas, logotipos, uniformes, saludos...

De acuerdo, todo eso lo tenía el nazismo, pero la película hace mal en quedarse ahí, sólo en esa comparación cuando el gran problema lo tenía al alcance de la punta de los dedos: ¿es posible una involución totalitaria en el mundo civilizado?

Porque no se puede reducir todo al nazismo. De hecho, el profesor de "La ola" no lo hace. De acuerdo, en su clase hay culto a la personalidad, pero sobre todo hay hermandad, sentimiento de grupo, diferenciación con respecto a los demás... todo eso es el totalitarismo y es el populismo y es lo que va de Marx a Hitler pasando por Mussolini, Stalin, Primo de Rivera... pero sin olvidar las dictaduras modernas, las que no se basaban en el terror -Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay...- sino que se basaban en la justicia y la hermandad y la apelación al bien común: Mao, Stalin, Castro, Corea...

El asunto es hasta dónde se puede llegar en la defensa de lo propio y hasta qué punto el fanatismo es permisible y ahí uno se encuentra con que la cuestión no es de izquierdas o derechas. Que los argumentos del profesor para enardecer a su clase: los ricos son más ricos, los pobres siguen siendo pobres, hay demasiado desempleo, tenemos que acabar con los traidores... no es algo que defendería sólo un neonazi sino que también es algo que defendería un radical antisistema. Palabra por palabra. Y si fuera un antisistema nacionalista se acercaría mucho a lo que el propio Hitler decía.

¿Es posible esa involución en ese sentido? No me refiero a que vuelva un Hitler con las SS y la Gestapo y mezcle el terror con el cariño al estilo 1984 -el estilo soviético, por otro lado-, sino a la posibilidad de que un líder carismático elija a un grupo de descontentos, los aúpe a casta noble, se haga con el gobierno y se dedique a eliminar a sus adversarios y a disfrutar del poder a su antojo.

Miren, para mí, el totalitarismo, sea fascista, estalinista, maoísta o lo que quieran, consiste en la anulación de la política. El totalitarismo, por esencia, no es de derechas ni de izquierdas, precisamente porque eso son términos políticos, de discusión racional y el totalitarismo, la autocracia, no entiende de eso. Entiende del beneficio propio: sea el personal, sea el racial, sea el religioso, sea el nacional... y esa es su única posición.

"La ola" se acerca a verlo pero al final renuncia a llegar a tal conclusión y enfoca todo a una estética Juventudes Hitlerianas y a una promoción basada solamente en la comparación con Hitler. Una pena, porque la película te hace pensar y merece la pena verla.