viernes, enero 09, 2009

Lo que une a Dani Flaco y Vetusta Morla


Manolo viene a ver a Dani porque nunca le ha visto en directo. Ha mezclado su anterior disco, que yo sepa, y quizás el primero, pero nunca ha estado en un concierto suyo. Manolo es dueño de Sonobox, un estudio de La Latina que puede pasar a la pequeña historia de la música española: en ese estudio grabó Vetusta Morla su primer disco. No sólo eso. Ante la incapacidad de conseguir una compañía que comprara el resultado, Sonobox decidió autoconvertirse en discográfica y co-editó, junto a los propios vetustos, el disco, con los efectos ya conocidos.

Sin embargo, es Manolo el que me da las gracias a mí, por haber apoyado a los chicos. A mí, como si ellos no supieran arreglárselas solos. Como si hubiera hecho falta mi reseña en un medio de Internet para que ahora llenen salas en toda España. "Ya, bueno", admite, "pero en aquel momento hacía falta gente como tú".

"En aquel momento". Por ejemplo, cuando Dani Flaco no llenaba el Búho Real. ¿Se acuerdan? Cuando le conocí y acababa de publicar su primer disco y él seguía siendo cuatro días mayor que yo, sólo que los dos teníamos 28 años por entonces. Cuando empezó a venir al Búho y conseguíamos mesa sin problemas.

Ahora no. Afortunadamente, no. El Búho está tan lleno que me dan ganas de llorar, porque a veces soy tremendamente emotivo. No es que se hayan agotado las entradas, pero hay más de 70 personas y eso que ahí fuera estamos bajo cero. Las costumbres no cambian, eso sí: antes del concierto, bocatas en el bar de la esquina con Pablo y conmigo. Hoy, de invitados, Rubén Mata, que ha venido a ver el mundillo madrileño -y creo que con lo que ha visto tiene para un buen tiempo- y Conchita, que no encuentra título para su nuevo disco que saldrá próximamente.

A mí me gusta "Mudanzas", pero reconozco que "Conchita Mudanzas" no suena demasiado bien. Le damos vueltas pero no llegamos a ningún lado.

Vamos al Búho y encontramos un taburete al lado de la máquina de dardos, justo en una esquina. Se ve bien. Dani dice que está con la voz fastidiada, pero no se le nota. El concierto sale perfecto y la gente se sabe las canciones, incluso los que parecen salidos de un concierto de Rafa Pons.

Es divertido. Le piden fotos y sonríe. Es una estrella. A veces las fotos se las piden a Pablo o a Conchita. Llegará un día en el que a mí me pidan fotos, también, supongo. Tiene toda la pinta de que vamos todos hacia arriba y que va a ser difícil pararnos. Nos quedamos un rato. Un buen rato. Llega César Valencia, su compañero de piso, y Rubén se pone a imitar a Dani Alves. Luego aparece Hanna. Un personaje, Hanna.

Conchita va a sacar al perro y nosotros nos vamos a Libertad, pero no nos dejan entrar. Es muy tarde y olemos a competencia. Volvemos los pasos y acabamos en el Lady Pepa. Obviamente, no vamos a besar a nadie, así que podemos compartir bocadillo de chorizo.  Nos reímos mucho de nada. Somos chicos y es tarde. Las tres y media o así.. Aún no ha empezado a nevar, pero el frío es calificado, con razón, de "inhumano".

Hablamos de vernos en marzo en Madrid, en Barcelona, donde sea... A mí me parece bien. Cada mes que pasa somos un poco más guapos.