jueves, abril 09, 2009

El chorreo del Barcelona y el cabreo de Guti


Poco puedo añadir a lo ya dicho sobre el Barcelona después de la primera parte de ayer -y en la segunda, claramente al tran tran pudieron caer otros dos o tres-. Son los cuartos de final de la Champions League, juegan contra el Campeón de Alemania y es como ver a niños contra hombres. Una demostración técnica, sí, pero también física y táctica: siempre había superioridad, siempre había huecos.

Nunca he visto a un equipo mejor colocado que el Barcelona de Guardiola. La única referencia posible en la época moderna es el Ajax de Van Gaal que ganó una Champions y mereció ganar la siguiente.

Una combinación así de ataque y defensa es difícil de recordar: Eto´o corriendo detrás de todos los balones, evitando peligro en su propia área y presionando un minuto después al portero contrario. No se hace justicia suficiente con este jugador, que, por lo demás, lleva 31 goles esta temporada. No es que el Barcelona pudiera marcar ocho goles, que también, sino que el Bayern apenas tiró a puerta, sólo una oportunidad medianamente clara en 90 minutos ante un equipo volcado al ataque.

En 48 partidos oficiales, el Barcelona ha marcado 130 goles. Entre Messi (32), Eto´o (31) y Henry (22) han hecho 85. En contra, ha recibido 52. Apenas uno por partido.

No sé si ganará algo o no este equipo, pero la demostración es como para hacer historia.

Demostración que eclipsa por completo la que para mí era la gran noticia futbolística del día de ayer: las declaraciones de Guti sobre su situación en el Madrid. Como se sabrá, desde hace cosa de un mes, casi, Guti no juega en el Madrid ni un minuto, fomentando su reputación como díscolo y chulito de playa que juega al fútbol casi con desprecio.

No conozco el caso de un jugador al que su afición odie más que lo de Guti con los madridistas. Para los no madridistas es realmente difícil de entender. Es un jugador excepcional. Siempre lo ha sido. Irregular, claro, pero excepcional. Los críticos dicen que no ha sido fijo con ningún entrenador, pero también se puede decir lo contrario: en 14 años, ¡14 años!, desde que debutara con Valdano, Guti ha jugado con todos los entrenadores que han pasado por el Madrid. Y no son pocos. Todos los directores deportivos han confiado en él y todos los presidentes le han renovado escrupulosamente su contrato. El último, hasta hacerlo vitalicio.

Otra crítica es que no ha dado todo lo que tenía dentro. Bueno, miren el palmarés de Guti: 14 temporadas en primera división con uno de los dos mejores equipos de España, seis ligas, tres copas de Europa, dos Intercontinentales... Por supuesto, no es uno de los diez mejores jugadores de la década, pero... ¿un fracasado? ¿Estamos siendo serios?

En cuanto a su profesionalidad y esfuerzo, Guti es un enorme luchador. No siempre lo ha sido, porque su estado de ánimo influye, desde luego, pero ha sabido jugar en banda izquierda, de organizador, de media punta, de delantero centro con Del Bosque... Ha jugado de todo, se ha sacrificado por el equipo, ha marcado goles decisivos, ha revolucionado partidos, ha ayudado decisivamente en todos los títulos que ha ganado.

Todo esto me parece injusto: un jugador de su categoría pasa 40 minutos calentando en el estadio del Málaga, justo cuando su equipo está lleno de lesionados, el entrenador le ignora por completo y encima es él el culpable. Sí, podría haber dado más de si, pero nadie se habría dado cuenta. Nadie del Madrid, al menos.