jueves, junio 18, 2009

Entrevista con Zahara


Hay algo muy extraño rodeando a Zahara. Algo en lo que yo participo, por supuesto, pero que implica un mes de emails y peticiones a distintos representantes y compañías y promotores, todo para conseguir veinte minutos deprisa y corriendo en una oficina de Universal, entre mucha prisa y mucho "lo siento, pero...". Un aire de estrella de rock que chatea en marca.com.

¿Eso la convierte en una diva caprichosa? No, ahí está lo extraño. Quiero decir, podría tolerar otra diva caprichosa que cambiara citas de entrevistas, que odiara las promociones, que sólo fuera feliz en Miami con Alejandro Sanz... pero Zahara es todo lo contrario. Es una chica a la que le escribes un email y te contesta a los dos minutos, y además con un montón de exclamaciones y besos y optimismo. Una chica con cuentas en Facebook y Tuenti y que te mira y te dice "tú también eres un chico fabuloso, puedes ponerlo" o incluso, cuando coincidís en el vestíbulo de la discográfica, te dice "eres Guille, te he reconocido".

"Te he reconocido". ¿No es maravilloso? Sin haberme visto antes. Una entrevistada que se documenta sobre sus entrevistadores.

Zahara y sus múltiples caras. La compañera de colegio de Ajito, la compañera de baile de Carmen Corde, ilustres ubetenses. Familiar de Joaquín Sabina, conocida de mi tío Pancho, habitual en el Búho, justo a trescientos metros de mi casa. La que sonríe con su flequillo y no queda más remedio que enamorarse de ella aunque sólo sea esos quince minutos, y entender a todos los que en los chats le dicen "guapa" y "preciosa" mientras ella viene a responder "no, por favor, no es para tanto", pero lo sabe, claro que lo sabe, y le hace sentir a uno tan vulgar...

En cualquier caso, enamoramientos aparte, si Zahara y yo estamos en Universal -si yo estoy en Universal, pese a tantas pegas- es porque ha publicado un disco prodigioso. Ha compuesto un disco prodigioso, quiero decir. Una mezcla de indie con tintes claramente comerciales -será la sintonía de la Vuelta a España y la odiaré profundamente durante tres semanas- y una cercanía de vecinita de al lado que desarma a cualquiera.

Una chica pop, en definitiva.

Todo es sencillo en Zahara. No hay ni un rastro de su acento andaluz de Úbeda y Granada. Se ha convertido en una catalana más. Lleva todo el día de promo -y los días de antes y los de después y el infierno que le espera de críticas feroces y halagos exagerados- pero sigue haciéndote sentir especial. "La última vez que estuve aquí", le explico, "fue para entrevistar a Nena Daconte, justo cuando sacaron el disco, antes de lo de la Vuelta".

"Me gusta mucho Nena Daconte", dice ella, y lo cierto es que hay puntos en común: Kim, Mai y ella pueden salir en la Revista 40 y en Mondo Sonoro a la vez y luego tocar en el Costello o el Búho Real. Extraños fenómenos de masas minoritarias. O minorías masíficadas, como lo prefieran. Eso no quiere decir que Zahara sea igual que Nena Daconte. Apuntar por ahí sería equivocarse mucho. Mai es mucho más dura que Zahara, y a la vez Zahara parece más melancólica que Mai. No sabría explicarlo bien.

En cualquier caso, botellas de agua y agenda Moleskine. Yo le mandé el cuestionario por email -los continuos retrasos me empezaban a agotar, si he de ser sincero- y ella dijo que ese cuestionario merecía ser contestado en persona. Lo importante no es sólo saber decir algo bonito sino saber qué es algo bonito. Estás con ella y a los cinco minutos dices "me ha calado". Como en el vestíbulo. Una chica con un instinto prodigioso.

La primera pregunta es "Repite conmigo y de una tirada el título entero del disco" y ella sonríe, tímida -aparentemente tímida- como si esa pregunta le abrumara y le sentara mal hacerme perder el tiempo, como si no hubiera mandado un correo diciendo "genial, podré decir el nombre entero de una sola vez" y un montón de paréntesis haciendo de sonrisas, así que yo sigo el juego y hago como si no hubiera recibido ese email y digo "sí, adelante".

Y ella empieza: "La fabulosa historia de..."

El resto, en julio, en la revista Freek!