viernes, junio 19, 2009

Miguel Ríos vs MGMT



Rebeca dice que hay que "respetar" a Miguel Ríos y yo estoy totalmente de acuerdo: de hecho, respeto muchísimo a Miguel Ríos, lo que no quiere decir que me tenga que gustar, porque algo que te tiene que gustar es algo que, en rigor, no te gusta en absoluto, más cuando fuera un grupo de post-adolescentes miran un cartel de algún concierto o quizás alguna fiesta -¿Supersonic?- y cuando llega el nombre MGMT se ponen a bailar como locas y uno de los amigos hace los ruidos del teclado "pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa-pa-páaaaa-pa".

I´m talking ´bout my generation.

Sort of.

Patricio habla de Mañas y Loriga. Patricio es un tipo con mayúsculas, que acaba de dar un concierto fantástico y me acaba de presentar a unas doscientas chicas realmente guapísimas. Sin embargo, yo me voy. Canto Fito Páez y Sabina : "... dormir contigo es estar solo dos veces, es la soledad al cuadrado" y me voy. Paso por el baño y me voy. Me despido de Rebeca y me voy. Paso junto a los doscientos -quizá trescientos- pibones y me voy.

Hay algo que me impide ir más allá y me gustaría saber qué es porque no es exactamente bloqueo. Es algo parecido a una pereza infinita. Eso intentaba explicarle a César Valencia. Las noches del Búho son divertidas, pero yo tengo demasiadas cosas en la cabeza como para pensar en la diversión en ese sentido, aunque las chicas lleven unos vestidos improbables y alguien escriba que dormir en diagonal en una cama de matrimonio es genial y yo piense que no, que es triste y rutinario.

Me pasó algo esta tarde: un yonki me asaltó en el Metro. No fue un gran asalto, no voy a exagerar. Pero sí podría haberlo sido, supongo. Le dije que no llevaba dinero -era mentira- pero sí Trankimazín -eso era cierto-. Le di una pastilla y se la tomó de un golpe. Me dijo "gracias, tronco" o algo así y yo le sonreí y le dije "Me debes una, recuerda" y por un momento pensé que podría ser algo así como el Robert de Niro de la línea 7, con mi propia guardia personal dispuesta a matar por mí a cambio de Trankimazines.

También le dije: "Cuídate" y él me chocó los nudillos.

Ayer, una amiga dijo que no conseguía ir sola a los sitios, que necesitaba ir con alguien. Que eso le preocupaba. Yo pensé que lo normal no es preocupante, por definición, y que de hecho la mayoría de la gente no quiere ir sola a los sitios. Luego pensé que quizá yo me estaba pasando en lo de ir solo a los sitios y, más aún, volver solo (lo que nos lleva a lo de dormir en diagonal en...)

Hasta que llegué a casa y vi mi estantería y mis cuadros de Reservoir Dogs, de Manhattan, de James Dean y pensé: "Mi casa mola" y entonces me tranquilicé un rato, con cierta seguridad en que otra noche, en otro momento, cuando todo esto acabe (sea "todo esto" lo que sea), podré volver a compartir algo (sea "algo" lo que sea).