lunes, julio 20, 2009

FIB Benicassim IV. Mendieta (me) ha metido un gol realmente increíble

Permítanme que les agote un poco. Saben que me encanta.

Acaba el concierto de Franz Ferdinand -conciertazo, otro nivel- y bajo de la grada de prensa para encontrarme con las hermanas Schleck. La menor, Hache, ha sufrido una caída bajando un puerto y se ha hecho un esguince de tobillo. Hay que llevarla de vuelta a la pensión. El problema es la gente. La gente que no debería ser problema, me refiero. Por ejemplo, los ingleses borrachos no son un problema, pero protección civil puede llegar a serlo si se niega a concederte prioridad para un taxi, si se niega a transportarte pese a que es evidente que no puedes apoyar el pie y si además se te ponen chulitos.

Todo un encanto.

Pese a todo, Hache llega con su tobillo precariamente vendado a la pensión cuando ya son las 4 y pico de la mañana y yo al día siguiente tengo partido. Prensa contra Artistas. Una tradición de Benicassim organizada entre Jandro y Julio Ruiz, de Radio 3. Obviamente, Hache no puede venir, pero la Chica Portada sí, y a ella le debemos esta hermosa instantánea de lo que pude haber sido y jamás seré:



No somos un equipo, somos una banda. Eso se ve desde el minuto uno, ese minuto en el que intentas subir al ataque y a la tercera zancada te paras tosiendo. Perdemos la bola en seguida y nos van cayendo goles. En una de estas, nuestro portero se lesiona y me ponen a mí ahí. Problemas de pedir el cambio tan pronto. Así que ahí me pongo yo, con mi zamarra roja, a defender el arco y el orgullo periodístico -también, manda huevos- y enfrente me ponen nada más y nada menos que a Gaizka Mendieta, habitual del FIB, amigo de Julio y que ha decidido pasarse por ahí a hacerse una paellita de domingo y humillar a jóvenes redactores.

Pienso en la canción de los Planetas, aquella de ...y Mendieta ha metido un gol realmente increíble y de repente la ficción se hace realidad en forma de chico rubio con el seis a la espalda, entradas en el pelo, que se acerca con el balón controlado dentro del área, me vacila un buen rato porque yo estoy más vendido que Eto´o, amaga con el pase al segundo palo y me la acaba clavando por el primero.

Vamos, eso es un decir, había dejado media portería vacía. Una salida gloriosa.

Aun así, me parece bien. Mendieta me ha marcado un gol. Increíble o no. Mendieta era el ídolo de la adolescencia de mi hermano e incluso le regalamos una camiseta suya cuando fichó por la Lazio. En fin, Mendieta.

Al descanso vamos 7-1 o algo así, y yo digo que no sigo de portero, que es un marrón, y que me vuelvo a la banda derecha, de extremo. En un disparo la zapatilla se me sale y persigue al balón. La grada aplaude, incluso los que minutos antes me gritaban "portero mercenario, que no sientes los colores". En otro disparo, la zapatilla directamente se rompe. La derecha. Decido jugar con la izquierda. Da igual porque no vuelvo a tocar una bola y me bajan al lateral.

Ahí se está bien. Cuando atacas, los defensas te miran mal si no bajas en las contras, pero cuando defiendes nadie te mira mal si no subes al ataque, así que puedes correr mucho menos, mirar al central de tu lado y salir a tirar el fuera de juego cuando convenga. Un trabajo sencillo.

El partido acaba con mucho sudor, la cara quemada y 13-3. La estadística oficial luego dirá 12-5, pero créanme, fue 13-3.

Me despido de los chicos en diversos idiomas, la Chica Portada me recoge y llevamos a Hache al Hospital de Castellón. Por supuesto, nos echan la bronca porque hemos hecho algo mal. Tenemos una tendencia irritante -al menos a ellos les irritaba muchísimo- a hacer las cosas mal. Se nos pasará, supongo. Se confirma su esguince y se retira del Tour. Así, sin más. Rumbo de vuelta a Madrid.



Nos quedamos la Chica Portada y yo. Sin siesta y con las piernas más bien cargadas. Yo. Ella no. Planeamos conciertos pero sobre todo tortillas. Tenemos hambre. Empezamos con Catpeople, muy de pasada. Luego, algo de Caléxico, con Jairo Zabala. Pasamos a ver a un grupo horroroso, buscamos chapas que no encontramos, vemos desfiles curiosos, pedimos copas en prensa, que son más baratas, vemos con Tali, César y los chicos de Freek! el concierto de TV on the Radio, sufrimos con el desafine brutal del cantante de Psychedelic Furs y volvemos al FiberFib a ver a Los Planetas, que, efectivamente, cantan Un buen día pero incomprensiblemente no me la dedican.

Entonces, a las 23,55, nos vamos a ver a The Killers.