martes, septiembre 29, 2009

El cine grita libertad para Roman Polanski


Así titula hoy "El País". Dejemos de un lado la sinécdoque, tan habitual en el periodismo. Obviamente, "el cine" no existe, ni siquiera "la industria del cine" y desde luego no se puede decir que la industria del cine o el cine, etcétera, etcétera se hayan mostrado uniformemente a favor de Roman Polanski, más allá de unos cuantos abajofirmantes, que por prestigiosos que sean no pueden copar la totalidad de opiniones.

Ni siquiera entremos en el dramatismo del predicado, por favor: se me saltarán las lágrimas de emoción e igual me da por salir y quemar alguna comisaría.

El caso de Polanski es peliagudo. Creo que todos estamos de acuerdo en que los privilegiados no tienen por qué estar al margen de la Justicia. Ni los privilegiados por el dinero, ni los privilegiados por sus amistades... ni siquiera los privilegiados por su talento. La gran mayoría de las defensas a Polanski parten de que es un excelente director de cine. Eso es accesorio, lógicamente. Uno puede ser un excelente director de cine y un violador o un pésimo director de cine y perfectamente inocente.

La otra defensa es que ha pasado mucho tiempo ya de aquello, y que "la víctima" le ha perdonado. Curioso, lo de "la víctima". Polanski está acusado de mantener relaciones sexuales con una menor, lo que en Estados Unidos es delito. Fue detenido por ello y se instruyó un juicio. Se argumentaba que el sexo con una niña de 13 años no puede calificarse nunca de "consentido" al no tener ella la madurez mental exigida para una decisión. Ahora nos podemos tirar todos de los pelos y repetir lo fachas que son los americanos, pero repasen legislaciones y verán que en pocos países los señores de 40 años pueden follarse a niñas de 13 en las mansiones de sus amigos.

Perdón, me estoy poniendo moralista y la moral aquí no juega demasiado. En el momento en el que los periódicos califican a la niña, ahora mujer casada de 45 años, de "víctima" asumen que fue agredida. Es complicado defender a alguien que ha agredido de alguna manera a una niña y que luego ha huído del país para no ser juzgado.

Porque el problema es ese: a Polanski no se le persigue por ser culpable de un delito. A Polanski se le persigue por huír de la justicia cuando iba a ser juzgado de un posible delito. Yo puedo tener toda la simpatía por la obra del cineasta y reconocer que, si han pasado 30 años, el sexo fue de acuerdo mutuo y la víctima no va a presentar cargos, lo suyo sería que no le condenaran por eso.

El problema con el que se encuentra el director es que huír de la Justicia en cualquier país también es delito y por eso, amigo, también te pueden condenar.

Es un tema espinoso, pero me extraña que la progresía en bloque cierre en filas en torno a un tipo que se tiró a una niña de 13 años y cuando vio la que había montado directamente huyó del país y no volvió. La misma progresía que reconoce que dos niñas de mayor edad no deberían ser expuestas en fotos en las que ellas mismas han posado.

¿Es culpable Polanski? Ni idea. ¿Tiene un enorme talento? Indiscutible. ¿Debería ser juzgado por todo esto? Pues sí o no, pero que el talento, es decir, el privilegio, no sea lo que lo evite.