domingo, septiembre 27, 2009

La estética del francotirador

Proyectos, proyectos, proyectos... literarios, periodísticos y audiovisuales. De algunos puedo hablar, de otros no. Empezando por el principio, digamos que:

- "La Crisis" encontrará editor. No habrá autoedición al final porque parece que hay cierto consenso en torno a la calidad del libro y que esa calidad se acabará abriendo camino sea de una manera o de otra, un año u otro. De momento, ahí está. Nos la guardamos.

- "Do not disturb" sigue en fase de montaje. No niego que estar participando en la selección de cortometrajes en vídeo para un importante festival español me está ayudando en esto: ver 250 cortos -sí, 250- en cuatro semanas hace que veas toda clase de errores y de aciertos y que, esperemos, aprendas de ellos.

- "La estética del francotirador", es decir, mi primera novela como tal -no cuento "Cuando las cosas..." porque aquello era una cosa muy rara y básicamente autobiográfica, el primer escritor de la historia que empieza su carrera por sus memorias y luego va cumpliendo el resto- va por los 26 capítulos ya terminados de un total de 35. Obviamente, la cosa no acabará así, porque escribir es sobre todo borrar y corregir, de manera que los 35 capítulos se te quedan en 20 razonables y las 250 páginas de Word se te quedan en 150 decentes. Salvo que seas un genio o escribas sobre vampiros. Si escribes sobre vampiros, no te cortes, adelante.

La novela está bien. Es rara, pero está bien. Engancha y luego se pierde en matices, quizá demasiado, no sé. Matices de personaje y situación y entorno. Matices generacionales, también. Escribir una primera novela es situarse en el mundo de alguna manera y yo me sitúo aquí, en Madrid, en 2009. Es una declaración de intenciones. Cada uno puede elegir su situación en el mundo que prefiera.

- Aparte, hay proyectos de más cortos e incluso de series por Internet, o vídeos musicales, libros de relatos exclusivamente para premios... El periodismo también está ahí, con sus cantos de sirena más que apetecibles.

Solo quería decirles que sigo aquí, con un poco más de calma, simplemente. Es decir, que ya no tengo la necesidad de que todo esto salga pronto sino que salga bien.

If you can hold on, hold on.