sábado, septiembre 19, 2009

Whatever works


Lara, Garbi y yo cenamos en el Foster´s a la salida de la película de Woody Allen. No es una elección muy lugareña, a pesar de que Lara y Garbi son, en rigor, lugareñas, donostiarras. Nos ha gustado "Whatever works" aunque tengamos que pasar por algunas cosas que cuestan. A ver, la película entra de lleno en el género "comedia amable" que a Woody se le da tan bien, Larry David está sobresaliente haciendo de Allen y la chica, como siempre, es muy guapa.

Hay diálogos brillantes, monólogos más bien, y mucho restaurante con terracita de Chelsea y el East Village. Yo estuve ahí.

Ahora bien, hay que conceder fallos de raccord, historias más bien inverosímiles, personajes que desaparecen de repente, una cierta teatralidad que tiende a la exageración... ¿Qué les voy a contar a ustedes que no sepan sobre Woody Allen? Pues un buen rato, no más de hora y media, lagunas y un poco de más de lo mismo. Si les gusta, repitan. Si no, no lo intenten.

Un poco antes, "El baile de la victoria", de Fernando Trueba, adaptación del libro de Antonio Skarmeta. Irregular. Demasiados flancos abiertos en dos horas, una cierta tendencia al preciosismo en los planos que a veces obtiene resultados y a veces alarga innecesariamente la película. Tengo un problema con Ricardo Darín: siempre pone esa cara como si acabara de correr los 400 metros lisos y estuviera a punto de darle un infarto. Incluso cuando habla, parece cansado.

La historia es interesante pero no está especialmente bien contada, la verdad. Dicho esto, seguro que los demás críticos la ponen por las nubes, no se preocupen.

¡Ah, los críticos! Ahora se meten hasta con las ruedas de prensa. La de Brad Pitt y Quentin Tarantino probablemente sea la más espectacular en la que he estado durante los siete años que llevo viniendo aquí. Claro que se dice pronto: Brad Pitt y Quentin Tarantino. Joder. Ahí queda eso. La sala se llenó de acreditados dudosos, es decir, de periodistas que en realidad son más fans que periodistas y que dificultan el trabajo de los que sí están ahí para cubrir el acto, con las consiguientes quejas.Por otro lado, la rueda de prensa resultó algo decepcionante: estaban cansados y querían irse. Brad Pitt incluso parecía feo, con la barba esa que se ha dejado, supongo que para algún rodaje. Al menos, llegaron a tiempo y no nos tuvieron esperando.

Por la noche, ausencia de fiesta y de ganas de fiesta, como ya se barruntaba. Caras conocidas a lo largo del día: Millán, de Freak, Antonio Sempere, Borja Cobeaga, Emiliano y su mujer, Lara, de Notro films... la verdad es que con el tiempo acabas conociendo a todo el mundo y cuando por fin les conoces y podrían colarte en cualquier lado es cuando más te apetece coger e irte para la pensión a dormir.