viernes, octubre 16, 2009

La muerte de Andrés Montes


Me quedo helado. Mi madre me llama y me quedo helado y en el Marca no viene nada pero en El Mundo sí, un breve, muy breve: "Hallan muerto en su casa a Andrés Montes". Mi hermano llama a los tres minutos, justo en mitad de la anterior frase. Mi hermano y yo hemos tragado mucho Montes a lo largo de los años, mucho Club de Se Dejaba Llevar y muchas Calabassas -yo más que él, si hay que ser sinceros-.

Es raro escribir una segunda necrológica sobre una misma persona. Hace tres semanas, aproximadamente, contábamos el probable fin de su carrera profesional. A los 53 años, eso ya parecía arriesgado de asegurar. Su fórmula era deleznable, pero funcionaba, vaya si funcionaba. La Sexta le convirtió en un estandarte y luego se limitó a no renovarle el contrato. No creo que tenga mucho que añadir a lo que escribí entonces, sólo mi consternación, pero mi consternación no le sirve a nadie de nada.

Un familiar lo encontró y llamó a la policía. Supongo que eso descarta la posibilidad morbosa de una larga enfermedad que le llevara a no renovar por La Sexta. Si Montes hubiera estado enfermo quiero pensar que al menos no hubiera estado solo. Quedan el suicidio y la muerte súbita, en forma de ataque al corazón o similar. No sé si lo sabremos. No sé si importa. Bueno, si lo sé: no importa, es decir, de nuevo, a nadie le va a servir de nada.