viernes, noviembre 27, 2009

Expiación

Yo estaba mirando el plano de la línea 5 y pensando en cómo hacer para ir luego a casa de mis abuelos. Algo así de trivial. Estaba mirando planos y de repente llegó la estación y me bajé, como siempre con los cascos puestos, "Lo más disco 1990", Guru Josh y Ice MC, con pensamientos aleatorios del tipo "¿Por qué determinada música siempre irá asociada a imágenes del Último Guerrero?" o "¿Por qué se me quedó tan marcado aquel programa de Telemadrid en el que repasaban el Top 20 de Reino Unido y el número uno era Sinead O´Connor llorando y diciendo "I can put my arms around every boy I see... they only remind me of you".

Entonces, ocurrió. Delante de mí, a unos metros. Es decir, no exactamente delante de mí sino con gente en medio: una pareja parece jugar a "te meto, te saco del andén".

Las parejas a veces son terribles en sus demostraciones públicas de jugueteo, si no que le pregunten a Indhira de Gran Hermano.

Solo que no están jugando. Él la está empujando fuera y la lanza contra la pared y ahí la empieza a gritar -no escucho lo que dice: suena Suzanne Vega en versión de DNA- y ella se revuelve y le empuja y él la vuelve a empujar a ella y a intentar meterla en el vagón y ese es el momento en el que yo sí que paso justo delante, haciendo como los demás, es decir, sin hacer nada, otro tipo de unos 25 años mirándome fijamente, como vigilando, como diciendo: "No te metas en esto, te conviene no meterte en esto" y detrás de mí suena el silbato y la chica acaba entrando y el chico con la chica y las puertas se cierran y entonces paso justo al lado del conductor y miro al conductor y el conductor está mirando. ¡Está mirando! Ha visto todo lo que ha pasado pero aun así, continúen procedimiento: silbato y puertas cerradas y para adelante hacia El Carmen y yo pienso en explicárselo a los de seguridad, pero ¿explicarles qué?

Decirles: "Un chico estaba vejando a una chica de unos 20 años en el vagón, gritándole y amenazándola y empujándola, con la complicidad de al menos otro chico. Van camino de El Carmen, paren ese tren y hagan que se bajen". Vale, pero ¿puedo reconocer al chico o a la chica? ¿Qué puede reconocer un cobarde? Un cobarde no reconoce nada. Un cobarde pasa de largo y mira al suelo, eso es lo que hace. Y además puede que ya hayan pasado El Carmen, puede que ya estén en la calle. Realmente, ¿qué puedo pedir? ¿Puedo pedir que bajen un tren de manera preventiva y saquen a todos los ocupantes para ver quién estaba acosando a quién?

Así que no hago nada y me siento tremendamente culpable el resto del día -no tanto, espero, como el conductor, porque él sí podía cerrar las puertas, avisar a Seguridad y hacer bajar a la pareja; él sí podría reconocerlos, pienso- y escribo esto para que ustedes no hagan lo mismo. No digo que se jueguen el pescuezo parando una pelea entre un tipo completamente ido y otro chico o chica. Digo que hagan algo, lo mejor que sepan. Algo mejor que pasar de largo y seguir a la siguiente sesión de shiatsu.

Entre héroe y nada tiene que haber términos medios.