lunes, diciembre 07, 2009

Almería en Corto III. Playa y paella


Perdido en el mundo de los tópicos, observo un aire de familia entre Almería y Benicassim. Que nadie se escandalice. Es el punto de vista de un paleto al que el olor a mar, el viento en la cara y esas entrañables terracitas de primer piso con su tumbona y su pelota de fútbol de plástico le recuerdan a una misma cosa: al Mediterráneo, sin matices.

El Mediterráneo delante de mí, un Mediterráneo desbordante como es el de Almería. Aquí el mar no está lejos, no, el mar está siempre acechante y es inmenso, no tiene límite y, como en las películas, el sol se extiende desde el horizonte manchando el azul de amarillo y uno entiende en ese momento lo de "disfrutar del aquí y ahora". Claro, es muy sencillo, así cualquiera. Aquí: sentado entre la playa y el paseo, la espalda apoyada en una especie de columna, el Marca entre mis manos, las piernas estiradas. Ahora: mañana de día semifestivo, recién desayunado pero ya hambriento, momentos antes de una paella con vistas, niños y perros que saltan y juegan.

Me pregunto, casi con miedo, si la gente de aquí se habrá acostumbrado a todo esto, si este es su "aquí y ahora" que les oprime y les impide relajarse y ellos soñarían con sortear borrachos y orina de camino a la calle Churruca.

Paseo lento y sin música, compra en "Zebras", la tienda del marido de Lola Parra. Por cierto, Lola Parra sale hoy en casi todos los periódicos locales por su video-exposición y Lola Parra es un encanto con mayúsculas: un Encanto. Vuelta a los chiringuitos y parada para la paella y la tapita de patatas a lo pobre. Igual que hace un año, pero algo más de frío. Será el viento. Creo que la otra vez incluso me atreví con la intemperie, ahora me cubro dentro de una especie de invernadero de plástico.

Vuelta al hotel. Vuelta parsimoniosa porque hoy es todo lento. Manuel Burque -algún día ustedes se maravillarán de haber oído hablar de Manuel Burque aquí, cuando no era "nadie"- delante del ordenador en uno de nuestros múltiples encuentros del día. De las primeras cuatro horas del día. A las 18,30 echan los mejores cortos de la Seminci, pero igual a mí me pilla durmiendo, no prometo nada. A las 21,00 sesión nacional de vídeo. Nuestra sesión.