jueves, diciembre 03, 2009

Martin Amis- El segundo avión



Nueva colaboración en Notodo.com. Procedo a copiar el contenido de mi reseña:

Retomar a estas alturas el tema del 11-S y darle una nueva perspectiva se antoja prácticamente imposible. Ya es bastante complicado encontrar un resumen ponderado del gran evento del siglo XXI y sus inevitables consecuencias: Afganistán, Irak, 11-M, atentados de Londres… En un escenario político dominado por la pasión y el partidismo irracional, escuchar la voz sosegada y siempre incisiva de Martin Amis resulta una auténtica delicia e incluso, dentro del desastre, reconfortante.

Amis es uno de esos intelectuales anglosajones capaces de pegar palos a todos lados con la mayor delicadeza y elegancia. Lo hace en sus novelas y desde luego lo hace en sus recopilaciones de ensayos y artículos periodísticos. Por supuesto, el autor le reparte bien a Bush. Es inevitable. Ahora bien, Amis no odia a Bush, y eso se agradece: Bush no es el mal personificado. Bush no es el culpable de todo. Es un patán, un inepto, un hombre de costumbres zafias y completamente inadecuado para el cargo, pero no hay en el escritor una inquina personal que oculte las carencias objetivas del político. Sólo una frase basta para hundirlo: “Desde el 11 de septiembre hasta el otoño de 2003 tenía el lenguaje corporal del hombre que se niega a irse del bar hasta que no ha librado una pelea a puñetazos” .

Con todo, El segundo avión es sobre todo un análisis del islamismo –que no el Islam- y su sinrazón. Un intento continuo de ponerse en la piel de los fanáticos y buscar motivos para sus barbaries por todo el mundo. Un intento baldío, por supuesto. Los fanáticos, por definición, sólo apelan a Dios, el paraíso y la muerte, sus tres grandes pasiones que se unen en el martirio.

Mediante el uso de la ficción –un gran relato sobre los dobles del hijo de Sadam durante la dictadura iraquí y otro más flojo sobre el último día de Mohammed Atta-, el ensayo y la entrevista –su seguimiento a Tony Blair durante una semana justo antes de abandonar el cargo de primer ministro es agotador-, Amis consigue un libro interesante, reflexivo y por supuesto, opinable, siempre que la opinión contraria sea una opinión inteligente, cosa que no siempre sucede.