jueves, enero 21, 2010

Generación Ni Ni


Hace poco discutía con unos amigos por qué no se había hecho una segunda parte de "Confianza ciega". "Porque en la primera ya se descubría el pastel", dije yo, lógico y razonable, para después ponerme a pensar que igual eso daba lo mismo, que podrían haber hecho una segunda parte en la que las chicas, aunque saben que sus morenazos son actores contratados, siguen creyendo que se han enamorado de ellas y los chicos caen de rodillas ante sus modelos de 90-60-90 y mirada arrebatada. La persistencia de lo estúpido.

"Generación Ni Ni" es otro ejemplo de reality mal hecho bien hecho. Me explico: igual que "Confianza ciega" tiene un punto cutre indudable pero a la vez ese punto cutre y directo hace que te puedas concentrar en el espectáculo y que nada te desvíe la atención. A mí eso me parece que tiene bastante mérito. Saber echarse a un lado y contar la historia tal cual, en este caso la historia de ocho chicos presentados como unos parásitos en la vida real y que demuestran ser unos parásitos en la vida virtual.

Por supuesto, aunque se intente disfrazar de experimento sociológico, todos sabemos que es una comedia.

Y como comedia funciona bastante bien. Sin giros, pero bien. La persistencia de lo estúpido, de nuevo. Los psicólogos resultan increíbles, los padres parecen sacados de otro planeta y la colección de poligoneros que puebla ese indisimulado remedo de la casa de Gran Hermano son todo lo tontos que nos prometieron, si no más. Y orgullosos. Gritaban: "Somos unos irresponsables" "Síiiii, unos irresponsables".

Estaban tan contentos. Tan, tan contentos. Uno parecía que se les había olvidado que estaban en televisión.

Pero no, claro, tenían que acordarse.

De hecho, en eso consistía todo, en estética. Ser un irresponsable no es ninguna ventaja salvo que sea una reivindicación con red. Papá y mamá en el fondo estaban encantados: "Mira, mi niño". Hay algo obsceno en esa exhibición de adolescencia, de lágrimas buscadas y trivialización del drama. Niñas con dos abortos a sus espaldas y chicos con cicatrices. El espectáculo.

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