viernes, enero 01, 2010

Héroes


Cronología de los hechos: en verano de 1995, A. me regala un libro que se llama "Lo peor de todo" porque dice que el protagonista me recuerda a mí. El protagonista es un chico límite con enormes carencias afectivas, anclado en su infancia, con unas reacciones insospechables y una cierta tendencia a la paranoia sentimental. El caso es que cuando A. dice que le recuerda a mí no lo dice como una venganza o un insulto sino como algo natural, como si yo ya me hubiera tenido que dar cuenta a los 18 años de que era así.

Puede que solape los años en el recuerdo, pero aquella fue la época de apogeo de Ray Loriga. En el metro, Plaza y Janés anunciaba "Caídos del cielo" como gran revelación de la temporada y a Ray le metían en todos esos tinglados generacionales con Lucía Etxebarría, José Ángel Mañas y posteriormente Pedro Maestre, sorprendente ganador del Nadal.

El libro me gustó. Me pareció distinto. "Un libro que trata sobre una generación que no es la del 68", decía la contraportada. Mi generación, hasta cierto punto. Había iniciales e historias de amor desesperadas. Había un tono de perdedor incomprendido que sí me sentaba bastante bien. Ese verano, en Santander, compré "Héroes", en la librería Estudio, justo al lado del Ayuntamiento.

Mi primera reacción fue de estupor absoluto. Recuerdo leer las primeras diez páginas y tener que volver a leerlas. Recuerdo no entender nada y pensar que aquello en realidad no era un libro de ficción sino la adaptación de letras de canciones en inglés. Eso sí que era literatura de traductor y lo demás son tonterías. Recuerdo ir avanzando con todas las prevenciones hasta que de repente me dejé llevar por ese mundo de metáforas, soledades, imágenes absolutamente brillantes, efectos especiales, música de otra generación -probablemente la del 68- chicas rubias, amistades inquebrantables, noches y mañanas que te pasan encima como trenes...

Y entonces decidí que quería ser escritor. Ahora, quince años después, lo puedo decir y asimilar: sin "Héroes" yo nunca hubiera querido ser escritor y mi obra hasta ahora es un fusilamiento continuo de ese libro. Hasta ahora. Por algún lado había que empezar. Nunca me he atrevido a decírselo a Ray, claro, pero sí se lo he advertido a todos mis lectores en algún prólogo o epílogo.

Hace unos años, justo antes de publicar "Cuando las cosas dejaron de tener sentido" que, en fin, es lo que es, una obra tremendamente "similar" y dejémoslo ahí, hablemos de influencias y no de plagios que siempre queda mejor, decidí volver a leer el libro de Loriga convencido de que me decepcionaría. Al fin y al cabo, aquello había sido una lectura adolescente y yo estaba en esa época en la que empezaba a leer por placer y cada libro me sobrepasaba. Fui un lector muy, muy tardío.

Pensaba encontrarme con un libro efectista y adolescente, con puntos brillantes y unas chorradas enormes. No fue así. Seguía siendo impresionante, solitario y autocomplaciente. Seguía siendo como yo, en definitiva. No sé cuántos hemos crecido con ese libro como referencia. Yo recuerdo que durante un año fue mi regalo en todos los cumpleaños. Absolutamente todos. Se agotaba en Crisol y lo volvían a pedir para mí.

Precisamente porque soy un lector tardío y poco consistente, supongo que habrá otros libros de esa época que revolucionarían la literatura contemporánea española tanto o más que "Héroes", pero yo no los conozco, así que, para mí al menos, no existen.