viernes, febrero 12, 2010

Aquellos maravillosos 90: "Informer"


Y luego pasaron unos años muy raros, bastante indefinibles. Años de películas de Hollywood. "Singles". El empeño de la industria en llegar tarde siempre. 1993, 1994, 1995... los años posteriores al "Nevermind". Cualquier grupo cuyo cantante tuviera pinta de vagabundo en la estación de autobuses de Portland o Seattle tenía su opción. En Cuenca pasábamos todo el rato el vídeo de 4 Non Blondes, cuando iba a casa de A. murmuraba "Two princes", de Spin Doctors.

Todo era muy de palo. Terriblemente de palo, fingido, hueco. Vídeos con pantalones rotos y sonrisas. Si te vas a poner una camisa a cuadros por lo menos hazme el favor de no sonreir. Un producto para adolescentes pijos.

Lo que pasa es que yo era un adolescente pijo y lo compraba todo. Compraba Soundgarden y Manic Street Preachers pero también mediaba entre Gallagher y Albarn e incluso coqueteaba con el rap, con la idea del rap que había en España: Will Smith, Vanilla Ice, MC Hammer y Snow. Madre mía, vaya cuarteto de madres. ¡Y qué trajes! Pantalones holgados, camisas holgadas, colgantes y pendientes, la sensación de que el armario se les ha caído encima y les ha dejado así.

Si no recuerdo mal, 1993 fue el año de "Informer" igual que 1990 había sido el año de "U Can´t touch this" y "Ice, ice baby". One-hit wonders. Puede que esas canciones se limitaran a llevar a cabo una especie de transición. No íbamos a pasar directamente a 2Pac Shakur o Notorious B.I.G., quiero decir, antes del original necesitábamos algo así como una copia endulcorada. Un "qué pasa, Jazzz" echando las manos y las cabezas para atrás. Raperos gafotas.

"Informer" hablaba de un chico blanco al que le meten en la cárcel porque un chivato le ha denunciado. El chico blanco intenta hacer de chico negro y habla de la injusticia, de que él nunca estuvo ahí y de que en realidad le han detenido por ser rapero. Bad boy, bad boy, what you gonna do? En un momento dado, dice "la gente cree que vengo de Jamaica". Venga, hombre, mírate la cara, la que está en la portada del disco: NADIE puede creer que vienes de Jamaica. Y si no vienes de Jamaica, ¿qué? Tú mantienes tu acento medio-reggae incomprensible y yo, madrileño, sigo bailándolo en las fiestas de San Mateo.

Después de "Saturday night". Antes de "Macarena".

Siempre podremos decir que no tuvimos la culpa, aunque en realidad tampoco hicimos nada por evitarlo. Salvo los pantalones, siempre nos negamos a ponernos esos pantalones.