domingo, marzo 28, 2010

Zoo TV Tour



Me compré unas gafas de "La Mosca" y me dediqué a cantar "Lemon" en falsete y "Salome" durante meses. La versión con Frank Sinatra del "I´ve got you under my skin" -"don´t you know, blue eyes, you never can win?"-. En invierno, en la casa de la madre de A. escuchábamos vinilos antiguos: "War", "Under a blood red sky". Tarareábamos "Sunday bloody Sunday" o "New Year´s Day" mientras terminábamos trabajos de biología o latín. Cada uno en lo suyo.

El día del concierto quedamos con todo el mundo en la puerta equivocada. La puerta que no existía. Yo no digo que eso fuera un plan porque no lo era. Yo no sabía que esa puerta no existía, pero sí sabía que una vez en esa situación tampoco iba a hacer nada para solucionarlo: prefería acaparar a A. toda la noche a tener que compartirla con el resto de amigos y enemigos. Ella lo sabía, digamos que tuvo miedo un rato y luego sencillamente lo asumió con esa facilidad pasmosa que tenía para asumir cualquier tipo de cosa.

Una Chica Camaleón, el complemento perfecto de la Chica Langosta.

En fin, la Chica Camaleón y yo dábamos vueltas por el Calderón intentando encontrar a alguien. Recuerden que hablo de tiempos sin móvil. Mayo de 1993. Yo tenía dos entradas regaladas por mis padres, que andaban por entonces de luna de miel. Una la vendí y la otra se la regalé a su vez a la Chica Camaleón. Tampoco lo agradeció muy efusivamente. El caso es que acabamos ahí en una de las gradas, con ese empeño adolescente en hablar todo el rato sin medir las consecuencias.

Y es que uno no puede intentar hablar por encima de The Ramones y que no haya consecuencias muy evidentes: un punzante dolor de garganta y cabeza. Ahí estaba yo, con una chica imantada, a punto de ver el mayor espectáculo del mundo de mi grupo favorito y un dolor de cabeza insoportable. Si les soy sincero, recuerdo dos canciones: "Zoo Station" y "The fly". Recuerdo el bombardeo de imágenes y proclamas mientras Bono cantaba "Men will rise, men will fall, from the sheer face of love, like a fly on a wall... It´s no secret at all".

Siempre he pensado que Bono es un compositor genial. Pesadísimo, desde luego, pero genial.

Hubo algo más. Algo de un confesionario. Una parte acústica. Una versión con Lou Reed del "Satellite of love". Lo que pasa es que confundo casi todo eso con la versión televisada. Sucede a menudo y lo saben. En octubre, o noviembre -"October, and the streets are stripped bear of all they wear, do I care? October, and kingdoms rise, and kingdoms fall, but you still go on... and on"- pasaron en Canal Plus el concierto en directo desde Sidney. Fue mucho mejor porque a mí no me dolía la cabeza y porque incluían las canciones del "Zooropa". Si no fuera por el "Achtung Baby" yo tendría bien claro que "Zooropa" es el mejor disco de U2, aunque dudo que nadie se acuerde de aquella locura con Brian Eno.

Lo vimos en casa de la madre de la Chica Camaleón o Chica Inmantada o A. o como quieran llamarla. Como quiera llamarla yo, quiero decir. Era una casa muy divertida, en la Plaza de Santa Bárbara. Había que bajar una llave con un cordel para abrir el portal. No había porteros automáticos ni físicos. Fue una realización prodigiosa, el concepto de Zoo TV llevado al máximo. Vale, eran pretenciosos y excesivos, pero nosotros también lo éramos, así que nos entendíamos. Bono tiene esa extraña capacidad de empatía, sin importar si al otro lado está Patrick Bateman o Guille Ortiz o la chica del portal gigante.

La chica a la que le cantaba aquello de "You can´t even remember what I´m trying to forget", y desde luego era algo muy adolescente pero también era una verdad como un templo.