sábado, julio 31, 2010

Bibiana Aído y la gente de derechas


Bibiana Aído, ministra de Igualdad -¡de Igualdad!- confiesa en una entrevista en El Mundo -¡en El Mundo!- que "nunca podría tener una pareja de derechas". La persona que se supone que vela por que a los ciudadanos se les vea como ciudadanos sin importar su raza o su sexo o su religión sí tiene claro que en política sí hay que poner límites. En cualquier caso, está en su derecho. Si solo quiere parejas de izquierdas, tampoco lo tendrá tan difícil para encontrarlas.

Yo creo que he tenido novias de izquierdas y de derechas. Soy un tipo raro, quiero a la gente y no a las ideas. He tenido parejas muy de izquierdas y algunas que no reconocían ser de derechas pero que para Aído estarían en ese grupo, seguro. Ya saben que no tengo nada claro lo que la gente quiere decir cuando dice "izquierdas" o "derechas", aparte de las obvias connotaciones religiosas.

Tampoco querría llevar esto al extremo. Efectivamente, puedo asegurar desde ya que "nunca podría tener una pareja asesina en serie" o "nunca podría tener una pareja que violara ancianas". En resumen, nunca podría estar con una miserable. Aído dice que ella claro que puede tener amigos de derechas aunque sea a costa de no hablar de determinados temas con ellos "porque ya se sabe" o limitar su relación a ir al cine. La gente miserable -y la de derechas- es lo que tiene, que en los cines, entre la oscuridad y las palomitas, molestan menos.

Otra cosa es tenerles al lado todo el rato. Ah, no, eso sí que no.

No me gusta criticar a Bibiana Aído porque me parece muy fácil. Demasiado fácil y en demasiados aspectos. Hasta cierto punto, me provoca cierta ternura y no consideren que hay machismo en esta afirmación, más o menos lo mismo me pasaba con Pellegrini. Pero alguien capaz de decir todas estas chorradas no solo deja claro qué visión tiene de la vida como persona sino que prácticamente la inhabilita como política.

O, como poco, no deberían dejarla gobernar nada.

Menos algo llamado "igualdad" en lo que ella, está claro, no cree en absoluto.