viernes, julio 09, 2010

¿La generación del Barbú?


Llego a casa y tengo un email de Jeffrey Brown. Jeff es un escritor de comics americano, de Chicago para más señas, que va contando su vida por entregas en distintas novelas gráficas o incluso libros de relatos (gráficos). Un tipo algo maniático, hipocondríaco, obsesivo y con frases del tipo "Empujo a las chicas al matrimonio con otros". En Evanston, Inés me compró "Clumsy" y "Little things", no sabía decidirse. A mí me gustaron -los he leído en tres días- y me decidí a escribirle y desearle una buena vida.

Él me da las gracias y me la desea a mí también.

Mi vida: Santi Balmes en los antiguos cines Luna, ahora reconvertidos en un espacio de Nike para vídeos promocionales y conciertos acústicos. La cola da la vuelta a la calle Desengaño y con la ayuda de Laura consigo entrar por los pelos. Incendios de calor y nieve. La segunda canción es "Domingo astromántico", que sería la canción en español más bonita de la década si no fuera por "Allí donde solíamos gritar". Me cuesta un poco entrar en el concierto porque últimamente me cuesta entrar, así, en general, pero al final logro disfrutarlo y silbar y cantar y cerrar con los demás fans de John Boy, salir con una sonrisa, hablar con Hache sobre distintos cataclismos sentimentales y desembocar en el Búho solo quince minutos después.

Reencuentro con Rafa Pons y no solo con Rafa Pons. La maravillosa sensación de poder cantar a grito pelado "Tú eres malaputa, malaputa, eo" como cuando éramos jóvenes, en aquellos inciertos meses de 2007 y 2008, con Nuria Galimany sentada en la barra y arrogantes pibones adolescentes pidiendo el teléfono de Fito Cabrales. Ahora, la que está sentada en la barra es Rosa y algunos de mis ex compañeros de Solmeliá bailan por la pista y piden canciones. Es curioso todo esto. Rosa, ocho años después. Juan Carlos, ocho años después. Yo, ocho años después, y de nuevo la melancolía.

Rafa está brillante, como siempre. No toca "Rafita Perestroika" y aún no sé por qué porque sigue siendo un pedazo de canción. No tanto como "Nieve en la ventana" pero un pedazo de canción.

Me despido de Andre y Antonio y me voy para el Barbú, andando, así que llego tarde no, tardísimo, y Ceci me mira con cara de "has sido un niño malo" y yo ni siquiera tengo tiempo para explicarle. En el Barbú todo el mundo es guapo y amable. Es el sitio donde uno querría morir un jueves por la noche: Ceci, Karola, Tere, Azucena, Manuela, Rut, Aitana, Terri... Sometimes there's so much beauty in the world I feel like I can't take it, like my heart's going to cave in.

Hay una generación ahí por descifrar y no sé si soy el más indicado. Belleza, sí, pero también mucho valor y talento. Las chicas y los chicos: Alejandro, Kiko, Javier, Ángel, Carlos... Yo aquí doy nombres pero tampoco sé si son todos los nombres. Sinceramente, no sé quiénes son. Ellos tampoco saben quién soy  yo y eso es divertido. Hay algo de baile de máscaras en el Barbú y me parece bonito. Por lo menos hay algo y lo hacen ellos y yo me considero un agradecido invitado.

El clásico invitado que llega tarde y se va pronto.

Es decir, un maleducado.