jueves, julio 15, 2010

Para qué sirve una Constitución


Voy a ser un rancio y un inmovilista. Es lo que tiene la edad. Y el miedo, claro. Hay gente Hobbes y hay gente Rousseau, eso está claro, y probablemente yo sea de los primeros. Al grano: cuando era pequeño, la Constitución era lo más grande que había. Enorme. Un avance en todos los sentidos. Una garantía frente a la amenaza militar y golpista. Un acuerdo entre todos para garantizar la convivencia basándose en unos mínimos.

Por supuesto, hubo concesiones. Negociar implica conceder. Los que tenían todo el poder tuvieron que ceder ese poder y compartirlo, los que habían estado en la ilegalidad durante décadas tuvieron que renunciar a cualquier venganza y convivir como si nada. Ninguna de las dos cosas era fácil y sin duda, las dos partes tenían miedo. Pero había que hacerlo y había que hacerlo entre todos.

¿Puede modificarse la Constitución Española? Por supuesto. En cuanto nos pongamos todos de acuerdo otra vez y este matiz no es trivial. Una Constitución sirve esencialmente para evitar los caprichos. Los caprichos de los gobernantes y de los gobernados. Evita que la mayoría se coma a la minoría y hace respetar unos derechos y unas obligaciones.

A algunos les molesta que no recoja el derecho de autodeterminación de sus partes. Esa es otra garantía. La autodeterminación es un proceso en dos direcciones, me explico: puede que Cataluña en un momento dado decida, mediante sus instituciones y con el respaldo de la mayoría de sus ciudadanos -no digo un millón y medio, digo la mayoría- que no quiere ser España y punto. Del mismo modo, el presidente del Gobierno español mirando las cuentas podría decir: "Joder, es que Extremadura nos sale carísima" y decidiera, con el respaldo de su mayoría parlamentaria y un eventual referendum que Extremadura a partir de ahora no era España y que ahí se las tuvieran.

Las Constituciones se pueden modificar pero por supuesto que tienen que durar. Esa chorrada de "La Constitución no puede ser un monolito" no se sostiene. La Constitución es un monolito, o al menos una piedra fundacional. No se entiende de otra manera. ¿Se puede cambiar la Constitución a petición solo de una parte? Imposible. Entonces no estaría constituyendo nada. Exactamente eso es lo que se les exigía a los militares y post-franquistas en 1978: tenéis que respetar a los demás, aunque vosotros penséis exactamente lo contrario de esto, aunque os parezca una salvajada izquierdista.

El hecho de que ahora mismo la asonada militar no sea un riesgo no quita para que el pacto siga siendo el mismo: hay cosas que a mucha gente no le gustan pero que tiene que acatar para poder convivir con el resto. No me parece que esté diciendo ninguna barbaridad. En el fondo, el hecho de que ahora defender la Constitución sea una cuestión de fachas retrógrados y las acusaciones de coacción represiva a la hora de llegar al acuerdo original surjan por todas partes parece implicar una petición a que la otra parte también rompa el acuerdo. Quebrar una Constitución unilateralmente, sin consenso, supone quebrar el acuerdo democrático y de convivencia y es la antesala de una Guerra Civil.

¿Es eso ahora mismo una amenaza en España? No, claro. Pero no le veo el gusto a andar con esos juegos en un país que consiguió sumar tres guerras civiles y cinco golpes de Estado en lo que fue de 1833 a 1936.

Por supuesto, la Constitución es un traje incómodo porque no está hecha a medida. Al jovencito Aznar no le gustaba en absoluto. A mis abuelos, tampoco. Probablemente, los suyos tampoco estaban muy de acuerdo, pregúnteles si puede. Los cambios consensuados me parecerán perfectos. Pero mucho cuidado con los cambios no consensuados, los cambios basados en el "somos el 51% y a partir de ahora se hace lo que yo digo". Una Constitución, un Estado de Derecho, legisla para el 51% y para el 49%. Más que nada porque igual el mes que viene el 51 se convierte en el 49 y viceversa. De lo contrario, al final, unos tendrían que acabar matando a otros y que gane el más fuerte.

Eso me apetece más bien poco. En cualquier caso, si lo desean, en los comentarios pueden empezar a llamarme fascista.