sábado, septiembre 18, 2010

Como si fueran personas...


Ramón Trecet escribe en Twitter de manera inofensiva que a los deportistas les estamos empezando a tratar como si fueran escritores o actores: "me cae bien/mal", "es egocéntrico/humilde", etc. Es decir, concluyo, como si fueran personas. Aquí hay un salto al vacío que el periodismo no se atreve a dar y puede que con razón pero que no impide pensar que hay algo al otro lado.

Por ejemplo, Roger Federer tiene mellizas. Su rendimiento empieza a bajar. Todos nos estrujamos la cabeza pensando en su raqueta, sus piernas, su nuevo entrenador, la competencia... pero este tipo, antes y después de los partidos, tiene que cuidar de su familia. Pasa las noches en vela por los llantos de las niñas o preocupado por cómo estarán allá en Basilea o Dubai o donde viva la familia Federer, que lo desconozco. Luego salta al campo e intenta que nada de eso importe: a veces lo consigue, a veces no. Yo también doy clase de inglés como si no tuviera problemas, pero, amigo, tengo problemas, y no siempre se pueden dejar fuera del aula. Cuando eso me pasa a mí, nadie busca explicaciones, nadie se entera. Cuando los padres de Nadal se divorcian o las hijas de Federer tienen varicela, sí, y ellos tienen que seguir como si nada.

La idea de "seguir como si nada" siempre me ha fascinado en el deporte. He escrito bastantes relatos al respecto sin conseguir dar con la clave. ¿Cómo corre un ciclista en pleno trámite de divorcio?, ¿cómo afronta una competición un golfista con su padre a punto de morir?

Un caso reciente: Cristiano Ronaldo acaba de ser padre. No solo ha sido padre sino de una manera cuando menos peculiar y a la fuerza estresante: un rollo de una noche, una negociación económica, una custodia para la abuela. Vamos a ver, uno puede pensar que Cristiano es muy profesional o incluso muy irresponsable, pero parece imposible que uno pase por un verano así y no le afecte. Que no le cree más ansiedad, en un campo de fútbol o en el Caprabo. Cuando tu vida cambia de esa manera -ese niño llora, lejos o cerca, pero llora y tú eres el padre- tu carrera tiene que cambiar, es casi obligatorio. "Tiene ansiedad por el gol", dicen los periódicos para justificar sus aspavientos, su desesperación, su falta de concentración y acierto. Puede. También, simplemente, puede que esté pasando una mala racha, ¿no? Y que todos podamos permitírnoslas.

Quizá sea hora de tratar a los deportistas como si fueran personas, y con eso no quiero abrir la peligrosa senda de "busquemos una explicación personal a cada fracaso o éxito deportivo", que sería directamente una tragedia. Digo todo lo contrario: los vaivenes deportivos no siempre tienen un porqué o ese porqué puede sernos completamente ignoto. Todos tenemos malos días pero no nos observan millones de personas. Uno puede pensar que los deportistas nacen sabiendo vivir con toda esa presión: que tu vida sea un éxito o un fracaso y además todo el mundo lo sepa. No es cierto. Vean este formidable vídeo de "El Día Después" sobre lo que puede ser un ataque de ansiedad en plena Primera División y piensen que quizá lo mejor es dejarles estar y punto, darles espacio. Como si fueran personas.