sábado, junio 11, 2011

15-M: líneas a estudiar



Así, a vuelapluma, tras las manifestaciones de hoy en los ayuntamientos y dentro de una enorme perplejidad. Claves para que alguien más listo que yo investigue y saque conclusiones:

- La importancia de la publicidad en todo esto, más allá de la educación o el sistema de enseñanza, hasta qué punto quien ha crecido frente a un televisor no acaba creyendo que realmente todo le pertenece y acaba exigiéndolo como suyo. Ejemplo: el anuncio de Orange, más arriba, imprescindible para entender este punto y coincidente con el 15-M, que venía a jugar con la idea de la insurgencia del individuo para conseguir que comprara su ADSL. Al final, en vez de cambiar de compañía, algunos de sus espectadores han pretendido cambiar el sistema. Curiosamente, el anuncio patrocinaba el videoblog de Pedro J. Ramírez donde criticaba a menudo las concentraciones.

- La revolución tecnológica sin par en la historia de la humanidad. Con la aparición del teléfono móvil en los 90, la extensión global de Internet a finales de la pasada década y las redes sociales en los últimos años, el fenómeno "hikikomori" tenía que estallar. No solo el individuo está cada vez más mimado y tiene el mundo entero a su disposición en su propio cuarto sino que puede compartir ese poder, si así lo desea, con otros, manteniendo a la vez el anonimato, es decir, el ciudadano viene a ser un dios anónimo, irreal, con un vínculo muy distorsionado con la realidad.

- Iconografía pop: los manifestantes cantaban hoy a los policías la melodía del Imperio en "La guerra de las galaxias", el eslogan hecho tweet, la simbología televisiva, incluso cinéfila que hacen de este movimiento algo tremendamente visual frente al romanticismo trufado de intelectualismo de mayo del 68. Ojo a este vídeo de "El club de la lucha".

- La suma de dos generaciones "perdidas": demasiados treintañeros aún en casa de sus padres, sin presente ni futuro. Mezcla eso con un buen número de veinteañeros que ven que la cosa no va a mejorar y tienes dos generaciones de individuos omnipotentes en teoría y con una sensación terrible de impotencia en la práctica. Obviamente, ambas sensaciones son falsas pero su poder estético, aquí sí que romántico, tiene un poder enorme.

- El odio al poder y a la mediación, relacionada con el punto uno: el individuo no acepta órdenes. Ni de policía ni de políticos. El estado como gran mal represor. Lecturas más o menos equivocadas de "1984" -resurrección constante y agotadora del "Big brother" desde hace años en cada noticia- "V de Vendetta" -la careta de Guy Fawkes- y muchas otras superproducciones que venían a glorificar la acción conjunta de la ciudadanía frente a la represión estatal. Por si el individuo no se sentía ya de por sí suficientemente poderoso.

- El hashtag, vinculado al punto dos, que permite la simplificación de las ideas y por lo tanto la asimilación de un mayor número de gente. En ese sentido, Arcadi Espada tiene razón y no: tiene razón cuando le da tanta importancia al fenómeno "hashtag" o "eslogan", no la tiene cuando reduce todo el movimiento a esto y no atiende a las otras líneas de estudio. En Sol se ha demostrado: cuando se cae a lo concreto, las asambleas se pierden, cuando eligen algo más genérico del tipo #nolesvotes #yeswecamp o #notenemosmiedo, mucha gente se une, sin más. Por eso es tan complicado analizar este movimiento desde estructuras tradicionales de acción-reacción o de abuso-protesta, todo se mueve en una indefinición que me temo que habrá que esperar mucho a que se resuelva.

BONUS TRACK: la inquietante figura del "becario". Tema a desarrollar en términos de relaciones de poder, aspiraciones sociales, merma de la autoestima y motivo de hartazgo. Posible relación entre la figura actual del "becario" y el "proletariado" de la teoría capitalista, sin necesidad de asimilarlas sin más ni de recurrir a esquemas del XIX, sino mediante un estudio de parecidos en causas y consecuencias.

BONUS TRACK 2: El odio. El odio como forma de educación visual e ideológica: desde los programas del corazón a los deportivos pasando, inevitablemente, por la política. Lo que llamé en su momento "la roncerización de la política". Hoy viendo el streaming de la Plaza de la Villa tenía la sensación de estar viendo el odio en directo. No me gustó. La necesidad de dejar de analizar todo desde el odio y la envidia y buscar nuevos caminos creativos, muy presentes del 15 al 22-M. En rigor, odiar es fácil y lo puede hacer cualquiera. Aspiremos a algo más.