lunes, julio 25, 2011

Quiero verte porque quiero verte


"La universidad desconocida", antología de poemas y textos sueltos de Roberto Bolaño, empieza con esta declaración de intenciones:

MI CARRERA LITERARIA

Rechazos de Anagrama, Grijalbo, Planeta, con toda seguridad también de Alfaguara, Mondadori, un no de Muchnik, Seix Barral, Destino... Todas las editoriales... Todos los lectores... Todos los gerentes de ventas...
El texto está fechado en octubre de 1990, cuando el chileno ya contaba con 37 años. No es ninguna broma la historia: 37 años. Que alguien deje escapar la liebre, vale, pero esto es un escándalo editorial, supongo que sin consecuencias. Como si un físico publicara una refutación de la ley de la relatividad 10 años más tarde porque "nadie me la quería editar". Rodarían cabezas. Pero no, este es el mundo literario, aquí como mucho cambias de casta y ni siquiera eso está tan claro...

"La universidad desconocida" me acompaña en el trayecto de Benidorm a Madrid mientras la gente baja al lavabo, justo a mi derecha, y nadie tira de la cisterna. Lo sé porque yo tampoco lo he hecho. No he sabido cómo. Me he limitado a hacer como los demás: dejar mi olor y subirme fingiendo que aquí no ha pasado nada. De repente, horas después, una chica entra y se oye el ruido, el delator ruido del agua corriendo. El botón mágico. Imagino el sentimiento de culpa por todo el autobús, como si eso se pudiera pasar a una novela que hablara de culpabilidades. Como si esa chica pudiera salir del cubículo rabiosa, incapaz de perdonar la torpeza ajena y se tomara una buena venganza por su cuenta...

Es un viaje de escritos fugaces, anotaciones en la libreta que no pretenden ser publicados en ninguna red social. Garabatos de poemas sin cuidar la forma ni la caligrafía. Ideas que vienen y van solo por el placer de tenerlas, sin pretender pasar a la Historia. Se me había olvidado lo que era escribir sin tener que pasar a la Historia.

La libreta, como siempre, me sorprende. Los contenidos de la libreta, quiero decir, la libreta en sí es muy predecible: negra, tamaño medio, Moleskine. Una manía heredada de Lucia. Escribir sin pretender pasar a la Historia consiste en obviar la rima interna entre "mania" y "Lucía" en la frase anterior y seguir como si nada. Seguir detallando algunos de los contenidos de la citada libreta, pronta a agotarse: notas de las respuestas que me dio Bret Easton Ellis en el Villamagna, cuestionario y respuestas de David Pinillos, pequeña agenda del viaje a Barcelona en enero de 2011, calendario del Barcelona del citado mes de enero hasta el 2 de marzo, bastante movido por cierto... Resultados de Roger Federer desde Toronto 2010 a Doha 2011, obviando sus fracasos posteriores, notas de formación previas a mis tres meses en MSN.com, doble teléfono del Instituto de Psicoterapia Gestalt, agenda de Medina del Campo 2011 y cuatro días del viaje a NuevaYork, por lo que veo los cuatro últimos... Más entrevistas, algunas con cuestionario y respuestas, otras solo con respuestas o cuestionario: Blanca Suárez, Jan Cornet, Jaume Balagueró, Javier Coronas, Pablo Aragüés, Ángel María Herrera y Guille Galván, de Vetusta Morla.

Después las notas incomprensibles y una flecha que une el nombre "Iratxe" con la marca "Greyhound".

Podría filtrar aquí algo de lo que se puede leer en esas notas pero lo sentiría como una traición. Tampoco esperen nada espectacular. Después de todo, la sensación con la que me quedo, la frase que no puedo apartar de mi cabeza en cuanto llega es "Quiero verte porque quiero verte" y lo que siento, exactamente, es paz. No solo afirmación, sino paz. Una especie de rendición total: la ausencia de excusas, el acto en sí mismo. La voluntad en sí misma, mejor dicho. El mejor resumen de cualquier propuesta: si no quisieras ver a alguien sería imposible que quisieras ver a alguien.