miércoles, abril 18, 2012

Chelsea 1- Barcelona 0



Todo se reduce a un minuto. El segundo de descuento de la primera parte. Messi intenta girar para desmarcarse y la rodilla se le queda atrás. Al resbalarse, estira demasiado el aductor y queda en el suelo con gestos de dolor. No es lo habitual. La preocupación crece mientras el argentino se lamenta en el campo y el árbitro manda parar. No ha habido falta, no ha habido nada. Como queda poco para el descanso, Leo se levanta y sigue la jugada: recibe el balón en medio campo, como lleva haciéndolo durante toda la primera parte, y, como si quisiera demostrar que está perfectamente bien, intenta un dribbling imposible. Pierde el balón.

A la defensa del Barça, que espera el descanso, le pilla de improviso. Mascherano y Puyol se dan cuenta del desmarque de Drogba a la derecha y los dos le siguen, dejando la banda izquierda completamente vacía para Ramires, que sube como una flecha. Puyol se da cuenta, Mascherano también, y los dos, de nuevo a la vez, corren como locos a tapar ese hueco… dejando completamente solo a Drogba. Nadie más baja, solo Adriano y Xavi, pero tarde. Para más inri, Mascherano se resbala cuando intenta cortar el segundo pase, el que va de Ramires a Drogba, que recibe solo y a un toque marca el 1-0.

A un toque. Un gol de delantero centro. La jugada resume el partido y puede que la eliminatoria: el Barcelona jugó un encuentro fantástico. Muy, muy bueno. Para tratarse de unas semifinales de Champions League en campo ajeno, dominó el juego desde el primer minuto y no lo hizo de manera intrascendente: Alexis se plantó solo ante Cech y la elevó al larguero, Iniesta probó los reflejos del portero checo minutos después y su rechace lo pifió Cesc a puerta vacía. Minutos después, Messi desbordaba y dejaba de nuevo al de Arenys solo ante el portero. Fábregas definió como el mediocampista que es, intentando una filigrana que salvó Cole cuando el balón de todas maneras iba fuera.

No fue solo posesión, fueron llegadas. Recuperaciones rápidas y juego de balonmano, rotando de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. La primera parte de Iniesta fue sensacional, como la de Busquets. La segunda de Messi, quizá para resarcirse de su error, estuvo a la altura de sus mejores días… pero no hubo gol. No se puede explicar de otra manera el partido, lo siento: Alexis volvió a fallar en el área pequeña, Puyol cabeceó junto al palo y Cech salvó lanzándose desde la nada. Incluso en tiempo de “iniestazo”, Pedro disparó al poste y el rechace le llegó a Busquets, quien, solo, a quemarropa, casi en el área pequeña, la volvió a mandar a la grada.

El Barcelona está ante la temporada en la que más goles ha metido de su historia, eso es cierto, pero mucho tiene que ver el hecho de que Messi haya marcado o asistido en 88 de esos goles. Más allá de Messi, el vacío. En 2009 estuvo Eto´o, en 2010 Ibra y cuando el sueco se borró apareció Bojan para dar una liga. En 2011, Villa no dio todo lo que se esperaba pero le relevó Pedro como goleador. Este año no hay nada. Messi y más Messi. El club afrontó la temporada con un solo delantero centro y se les lesionó en diciembre. Desde entonces su único movimiento ha sido vender al delantero centro del filial, que venía de marcar 34 goles el año anterior en Segunda División.

Sin duda, la apuesta por el juego de toque y combinación constante ha dado partidos excelsos pero tiene estas cosas: un día no puedes empujar la pelota o Messi no te marca tres goles y pierdes. No debería ser un drama. Incluso con los problemas de diseño de la plantilla no es normal que jugadores profesionales de este nivel fallen tantas oportunidades. La sensación de endeblez del Chelsea fue total. Se puede alabar su planteamiento teniendo en cuenta que el contrario lo falló todo, pero un planteamiento que depende de los fallos rivales es algo parecido a un suicidio.

En la vuelta, el Barcelona debe tener una cosa entre ceja y ceja: no recibir un gol. No es momento de heroicidades ni de conjuras ni de espíritus de remontadas. Seguros atrás y a esperar a que las oportunidades vayan cayendo. Si el Chelsea marca, el Barcelona puede marcar tres. Hoy ha podido marcar cinco. Lo que no sé es si estas oportunidades volverán el martes que viene. Mientras tanto, al Barça no le queda otra que hacer lo que viene haciendo todo el año: dársela al 10 y que resuelva. Ese es el camino y ante ese camino no hay defensa que valga durante 180 minutos.

En cualquier caso, el lío en el que se ha metido el equipo de Guardiola es importante. Si el rival no fuera el sexto de la liga inglesa, estaría más que preocupado. Dos partidos clave en eliminatorias fuera del Camp Nou: cero goles. No es la idea.