martes, mayo 15, 2012

Cuando lo que mejor funciona en España es el Atleti



Tenía pensado un artículo alegre para esta semana. Un artículo sobre algo que fuera bien, porque para insistirles en lo mal que va todo ya tienen los ojos y los oídos… y para recordarles que lo que ven y oyen es mentira ya tienen las portadas de los periódicos. Así que, bueno, me he tenido que poner a descartar temas, empezando por el aniversario del 15-M, más que nada porque ya no sé ni quién es el 15-M ni qué razón hay para prolongarse como sujeto político-social más allá de la defensa de determinadas ideas de sentido común que, quiero creer, ya están en la mente de los ciudadanos.

De Bankia ni hablar, claro. ¿Para qué repetir la cantinela de los cargos políticos elegidos a dedo que han llevado a la quiebra técnica a organizaciones gigantescas mientras cobraban sueldos grotescos solo por representar a PP, PSOE, IU, CCOO, UGT, etc.? De ahí podríamos seguir con el tema tan manido de que aquí no hay nadie que pida perdón. En serio, es impresionante. Ellos gestionan mal el dinero, quiebran la Caja, se llevan su sueldo y su finiquito, dejan al Estado que solucione un agujero de decenas de miles de millones de euros –siempre que la contabilidad no haya sido manipulada- y si te he visto no me acuerdo.
Ni el Estado como tal pide explicaciones ni los que colocaron ahí a esos maravillosos consejeros salen a exigirlas. España no es Grecia, dicen.

No, hablar de eso sería deprimente y la primavera por fin ha llegado, tan acelerada que se ha convertido en verano de mayo. Había que buscar algo que funcionara bien en este país, algo que pudiera ilusionarnos y olvidar las pequeñas corruptelas del Presidente del Consejo General del Poder Judicial, al que solo le ha faltado decir “y a mucha honra” cuando se le han sacado las facturas de sus vacaciones pagadas a coste de los presupuestos judiciales.  Al menos, y a diferencia de algunos políticos, no ha contestado que el del Tribunal Constitucional roba más o que el de la Audiencia Nacional ya mentía antes que él. Es un alivio.

Descarté Grecia porque ese tema ya había salido la semana pasada y hasta que no vuelva a haber elecciones –en tres meses, dicen, y mientras tanto, ¿qué?- no podremos sacar nada en claro y del mismo modo tuve que olvidarme del consejero de sanidad de Extremadura que pasaba consulta privada en Portugal para evitar incompatibilidades. No vamos a enfadarnos, sino a quedarnos con lo maravilloso que ofrece este país, algún ejemplo de gestión admirable, de eficacia indiscutible. ¿Repsol? No, no es el momento. ¿Red Eléctrica? Olvídenlo. ¿La revolucionaria arcilla azul del Masters de Madrid de tenis? Aplazado.

Los EREs de Unidad Editorial, Intereconomía o el Grupo Prisa, cuyo modelo de negocio parece pasar por explotar a sus becarios y lanzar Huffington Posts al grito de “¿Quién quiere trabajar para nosotros gratis?”, mejor los analizaremos en otro momento.

¿Qué me quedaba, entonces? Pues el Atlético de Madrid. El país ha llegado a un momento en el que lo que mejor funciona es el Atleti. Creo que es una excelente metáfora de la situación actual y que ningún colchonero se me enfade que tengo genes que me hacen sentir el club como algo propio. Lo único malo es que no sé qué decir del Atlético de Madrid que sea bueno, porque, según los expertos, los dueños son unos ladrones, los directivos son unos inútiles, los jugadores están sobrevalorados y cada entrenador que ha ido pasando durante los últimos años ha demostrado ser un incapaz.

No sé, alguien estará haciendo algo bien en el Atlético de Madrid para haber ganado tres títulos europeos en dos años, más una final de Copa y una participación en la Champions… pero nadie lo encuentra. Alguien estará haciendo algo bien en España para que el país siga en pie pese a todo, pero yo tampoco soy capaz de encontrarlo. Seguiré buscando, a ver si se me da mejor la semana que viene.  

Artículo publicado originalmente en el diario El Imparcial dentro de la sección "La zona sucia"