sábado, noviembre 24, 2012

¿Puede UPyD acabar con la mayoría absoluta del PP en Madrid?



El caso del Madrid Arena tiene en vilo a los responsables populares en la calle Génova y parece que hay motivos para ello. En primer lugar, por la cantidad de tejemanejes, licencias a amiguetes, vista gorda de la policía municipal ante determinadas actividades con tal de no estropear la fiesta y connivencias peligrosas en cuestiones que el juez puede incluso considerar delictivas. Todo ello apunta a una endogamia en el Ayuntamiento de Madrid muy peligrosa y que huele muy mal. 

En segundo lugar, la política de comunicación ha sido desastrosa. Desde el Palacio de Correos se insiste en que Ana Botella ha comparecido muchas veces ante la prensa. Puede ser cierto, pero ni ha aceptado preguntas ni ha aclarado nada ni sus comparecencias se corresponden con la realidad: anuncia una comisión de investigación que acaba completamente controlada por el propio equipo de gobierno y que se dedica a vetar cualquier comparecencia “peligrosa” mientras el pirómano Villanueva, que ya salió a defender a su amigo con los cadáveres de las niñas aún calientes y sin tener información fiable del asunto, se mantiene como portavoz ante la prensa.

Yo no soy muy de pedir dimisiones a diestro y siniestro pero después de lo del 1 de noviembre, este hombre debería, como mínimo, haberse pasado una temporada en “la nevera”, como sucede con los árbitros de fútbol.

El PP lleva muchos años jugando con fuego en Madrid y no me vale que me digan que el PSOE lo sigue haciendo en Andalucía. Es cierto, muchos políticos de ambos partidos —y no solo de ambos, porque Madrid Espacios y Congresos tiene su cuota de representante de IU, sindicatos, etc, como en Bankia y en tantos otros lugares de poder…- llevan años dando por hecho que el Estado son ellos, a lo Luis XIV, y el ciudadano les tiene que servir y no al revés. Este tipo de prácticas que rozan lo mafioso son más frecuentes allí donde un mismo partido gobierna desde hace décadas, pero pensar que no se castigará jamás es absurdo: el PP perdió Galicia en 2005 y el PSOE acabó perdiendo Extremadura y Castilla La Mancha en 2011. Si los populares piensan que Madrid es un bastión seguro y que no tienen que preocuparse por nada, se equivocan.

Su responsabilidad penal en el caso Gürtel aún está por desvelar, pero hay demasiadas piezas que no encajan. Lo de Bankia, esa obscena lucha de poder entre Esperanza Aguirre para colocar a su fiel Ignacio González y el resto del partido, que prefería a Rato, con el final que todos conocemos, es una vergüenza que también ha acabado en los tribunales. La tragedia del Madrid Arena es la tercera pata de este banco penal que rodea las actividades de un partido que al menos en la capital actúa como si ésta fuera un cortijo a su merced.

¿Están en lo correcto? ¿El PP siempre ganará en Madrid por los siglos de los siglos, amén? Lo dudo. Ellos están convencidos, sí, pero yo lo dudo. Si el PP sigue mostrando ese desprecio absoluto por la ciudadanía incluso en casos con adolescentes muertas de por medio, lo más probable es que la ciudadanía le dé la espalda. No para votar al PSOE, probablemente, pero sí para votar a UPyD. Si las estimaciones de voto nacional del partido de Rosa Díez son ciertas y si tenemos en cuenta sus más que modestos resultados en el País Vasco, Galicia, Andalucía y próximamente en Cataluña, hay que colegir que buena parte de ese ascenso se producirá en Madrid, donde ya es una fuerza importante.

Si UPyD dobla sus resultados, como apuntan las encuestas, es probable que pase a ser pieza imprescindible para un próximo gobierno madrileño y haga perder al PP su mayoría absoluta. Habrá que ver a los que llevan 20 años gobernándolo todo a sus anchas teniendo que pactar medidas de transparencia y obviando cargos a dedo y licencias especiales. No quiero decir que UPyD sea la panacea de todos los males. En algunos casos, lo hemos comentado, su política es errática y presenta serios problemas de comunicación. Lo que está claro es que en Madrid es donde el partido está más consolidado, aunque ellos insistan con razón en apelar a los 800.000 votos que consiguieron fuera de la capital en las elecciones del 20 de noviembre de 2011.

O el PP se pone las pilas y reconoce que Madrid es un conjunto de ciudadanos que merece respeto y no una simple empresa familiar llena de facturas en negro o va a tener un problema muy pronto. Un problema que le puede dejar sin la joya de la corona y que puede repetirse en Valencia. Hasta cierto punto, por aquello de airear las ventanas, sería deseable.

Artículo publicado originalmente en el periódico El Imparcial, dentro de la sección "La Zona Sucia"