martes, febrero 05, 2013

Una explicación ¿improbable? de los Papeles de Bárcenas


Escribir libros sobre dopaje -"El rastro de la mentira" ya va sexto entre los más vendidos en Amazon en la categoría de Biografías y Autobiografías, y me parece un gran éxito teniendo en cuenta que no es ninguna de las dos cosas- y estar todo el rato con que si "Rsoc" o si "Milan" o si la jueza ha dicho esto o lo contrario hace que uno se vuelva un poco loco. Paranoico. En un país donde la mentira está tan bien vista creo que tampoco se me puede acusar de nada extraño.

En los últimos días no se ha hablado en política de otra cosa que no fueran "los papeles de Bárcenas" publicados por El País y donde se detallaban cifra a cifra y nombre a nombre los pagos en dinero negro a altos cargos del PP. En esos papeles hay algo extraño, una especie de "es demasiado bonito para ser cierto", porque están todos los demonios habituales de El País: desde Aznar a Cascos pasando incluso por Jiménez Losantos, Intereconomía y la asociación Basta Ya! a la que perteneció Rosa Díez, aunque fuera fundada por Fernando Savater, colaborador habitual del periódico desde hace décadas y que se puso del lado de Zapatero durante la negociación con ETA de la primera legislatura. ¡Ya podemos incluso meter a UPyD en el saco!

Esos papeles marcaban un antes y un después dentro de una línea de escándalos. Lo primero que supimos fue que Bárcenas tenía una cuenta en Suiza con 22 millones y que se había acogido a la amnistía fiscal. Por supuesto, la filtración vino de Bárcenas y sus abogados, que estuvieron jugando al gato y al ratón con el ministro Montoro, probablemente el tipo más odiado dentro de su propio partido, hasta que Hacienda tuvo que reconocer que sí, que se la habían jugado y ahora amenaza con irregularizar el proceso. A ver cómo se las apañan.

El siguiente paso lo dio El Mundo dando la noticia de que casi todos los altos cargos -y no solo- del PP cobraban sobresueldos en B mediante sobres que se repartían en el despacho de Bárcenas en la calle Génova. Cuando era gerente y cuando pasó a ser tesorero. Veinte años de sobres. Si eso eran sobresueldos o qué eran no lo podíamos saber porque el dinero negro es lo que tiene, que no deja ver el otro lado. Al PP y al Gobierno les pilló con el paso cambiado. Nadie lo negó. Nadie amenazó con querellas. Lo más que oímos fue aquello de Cospedal de "Cada palo que aguante su vela", como viniendo a decir "pues mire, sí, pero a mí no me venga con esto ahora".

La falta de contundencia del PP pudo provocar un entusiasmo exagerado en la prensa. Digo "pudo" porque recordemos que esta es solo una teoría paranoica. Imaginen que una vez dado el toque a su partido con los datos filtrados a El Mundo, Bárcenas decide que se la va a jugar a El País para congraciarse. Con una baraja, te demuestro lo poderoso que soy. Con la otra, te hundo a tu máximo rival mediático y encima, después de todo, me tienes que estar agradecido. Hablamos de un Gobierno que sabe ser agradecido y ahí están los indultos a kamikazes para comprobarlo, así que tampoco es tan descabellado.

Bárcenas, o alguien relacionado, pasa unos papeles falsos a El País. Les dice que está harto de la gente de El Mundo, que no han sido generosos con él y que va a cambiar de proveedor. El País viene de hacer el ridículo con la foto del falso Chávez así que necesita un buen lavado de imagen. Por supuesto, le piden pruebas de que esa información es fiable. Lo es. Bárcenas da tres o cuatro datos clave que El País verifica... y rápidamente acepta publicar lo que, parece que se ha demostrado, no son sino copias de los cuadernos originales, que no sabemos dónde están ni si están ni nada.

Cuando ya se ha publicado todo y ha ardido Troya, Bárcenas coge y dice "Esa no es mi letra, cualquiera lo puede ver, y me voy a querellar contra ustedes". Detrás de él, todo el partido, claro. Ahora pongámonos en que lo que dice Bárcenas es cierto: le ha colado a "El País" unos documentos falsos con el gancho de unos cuantos datos verdaderos y "El País" a lo Wikileaks, en vez de investigar el contexto, averiguar el origen, el destino, hacer periodismo en una palabra, los publica en cuanto puede. Todos. En Internet, por si alguien se los pierde. Luego resulta que sí, que ha habido falsa contabilidad, que ha habido sobres, que Génova es un pozo sin fondo -en Ferraz pagaban 3000 euros por artículo a la mujer de un tipo que dirigía una Fundación, así que háganse a una idea de cómo está el percal-... pero esa información en concreto es falsa.

Y resulta que el PP es víctima.. Y Rajoy más víctima aún. Y que Bárcenas, al final, les ha sacado del atolladero y se merece el premio que lleva años pidiendo. Sería terrible, por supuesto, y es muy improbable, pero, ¿a que estaría bien como novela? A ver si alguien se anima, antes de que el Juez vaya y nos dé una sorpresa.